En medio del desastre humanitario, el canciller Bruno Rodríguez reitera en la ONU su denuncia contra el bloqueo, en una muestra de la desconexión oficial con la emergencia nacional.
En un contraste que no pasó desapercibido para la ciudadanía, mientras el oriente de Cuba lucha por recuperarse de la devastación del huracán Melissa, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla utilizó su plataforma en las redes sociales para culpar a Estados Unidos de la crisis del turismo en la isla. Reproduciendo fragmentos de su intervención ante la ONU, Rodríguez afirmó que el bloqueo estadounidense es el responsable directo del desplome del sector, acusando a Washington de «intimidar y amenazar» a ciudadanos de más de 40 países para que no visiten Cuba.
Este discurso, recurrente en la narrativa oficial, fue percibido por muchos como una muestra de la desconexión del gobierno con la urgencia que se vive en el terreno. «Mientras la gente en el Oriente no tiene ni dónde dormir, ellos siguen hablando de Estados Unidos. No hay agua, no hay luz, no hay comida. Y la prioridad sigue siendo el bloqueo», criticó un usuario desde Holguín. La insistencia en la retórica política en un momento de extrema vulnerabilidad para la población ha generado indignación, evidenciando la profunda brecha entre las prioridades del gobierno y las necesidades inmediatas de la gente.














