El proceso, envuelto en secretismo, comenzará en aproximadamente una hora y podría acarrear desde 30 años de prisión hasta la pena máxima para el antiguo alto cargo del castrismo.
En un anuncio de última hora, ayer el Noticiero del Mediodía de la televisión estatal cubana confirmó que el juicio contra el exministro de Economía Alejandro Gil Fernández dará comienzo hoy a las 9:30 a.m., es decir, en aproximadamente una hora. Gil Fernández, una de las figuras más prominentes de la economía nacional en los últimos años, enfrenta graves acusaciones de espionaje, corrupción y tráfico de influencias, delitos que, según el informe oficial, podrían ser castigados con penas que van desde los 30 años de privación de libertad hasta la pena máxima.
El régimen ha mantenido un hermetismo absoluto en torno a todo el proceso judicial, un secretismo que también se extiende a la identidad de otros altos funcionarios que, según fuentes extraoficiales, estarían implicados en el mismo caso. La noticia ha conmocionado a la esfera política nacional, dado el perfil y las responsabilidades que hasta hace poco ostentaba el ahora acusado.
La celebración de este juicio en un plazo tan breve desde su anuncio público refleja la celeridad y opacidad con la que se están llevando a cabo estos procesos de “depuración” interna, generando interrogantes sobre las garantías procesales y los verdaderos motivos tras una de las causas judiciales de mayor repercusión en la reciente historia política de la isla.














