El arresto en Los Ángeles de Chamil Machado González, un ciudadano cubano identificado como miembro de la pandilla Sureños-13, revela la evolución y la creciente diversidad nacional de estos grupos criminales en Estados Unidos. Según ICE, Machado González tiene un extenso historial que incluye delitos graves como robo de vehículos, secuestro y amenazas de cometer actos terroristas.
Los Sureños-13, una de las pandillas más antiguas y violentas de California, tradicionalmente compuesta por miembros de origen mexicano y centroamericano, ahora parece estar reclutando en otras comunidades, incluyendo la cubana. Esto señala una adaptación de estas organizaciones y una expansión de su base criminal.
El caso también pone de manifiesto el espinoso asunto de la deportación. Aunque ICE busca expulsar a individuos con este perfil delictivo, la negativa constante del gobierno cubano a aceptar a nacionales con condenas penales complica el proceso, pudiendo resultar en la liberación del individuo tras cumplir su condena en EE.UU. si no se encuentra un tercer país que lo acepte.
Este arresto se produce en un contexto de creciente tensión política entre ICE y el estado de California, luego de que el gobernador Gavin Newsom firmara la ley conocida como «No a la Policía Secreta», que limita el anonimato de los agentes federales. ICE argumenta que esto los pone en riesgo, mientras que sus críticos celebran la medida como una forma de aumentar la rendición de cuentas.













