Ante la reciente escalada retórica y el despliegue de dos submarinos atómicos por parte de Estados Unidos, el Kremlin ha emitido una respuesta calculada, afirmando que en una guerra nuclear no existen vencedores. Esta declaración busca moderar la tensión con la administración de Donald Trump, al tiempo que se prepara para recibir al enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, en un movimiento diplomático clave antes de que expire el ultimátum sobre la guerra en Ucrania.

La Postura Oficial del Kremlin: Calma y Diplomacia
Dmitri Peskov, portavoz presidencial ruso, ha sido el encargado de transmitir el mensaje de Moscú, intentando minimizar la controversia. Peskov subrayó que el Kremlin no percibe una «escalada nuclear» en curso y enfatizó la necesidad de cautela en la retórica bélica.
«En una guerra nuclear no puede haber vencedores. Este es, seguramente, el principal postulado por el nos guiamos», declaró Peskov.
El análisis de esta postura sugiere un esfuerzo deliberado por desmarcarse de las declaraciones más radicales y presentar al presidente Vladímir Putin como la única voz autorizada en política exterior. Respecto al despliegue de submarinos nucleares estadounidenses, Peskov le restó importancia, señalando que «siempre están en alerta, es algo constante», en un claro intento de normalizar la acción de Trump y evitar una reacción impulsiva.
El «Factor Medvédev»: Desautorización y Control de Daños
Una parte crucial de la estrategia del Kremlin parece ser la de aislar a Dmitri Medvédev, subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, cuyas belicosas declaraciones en redes sociales, incluyendo alusiones al sistema de respuesta nuclear «Mano Muerta» (Perímetro), provocaron la reacción de Trump. Peskov fue enfático al señalar que «lo importante es, por supuesto, la postura del presidente Putin», desautorizando indirectamente a Medvédev, a quien Trump calificó de «bocazas».
Curiosamente, Medvédev ha desaparecido de las redes sociales desde el 31 de julio, lo que podría indicar una orden directa para silenciar su retórica y facilitar así el diálogo diplomático.
La Misión de Witkoff y el Plazo de Trump
Moscú se muestra receptivo a la visita del enviado estadounidense Steve Witkoff, programada para esta semana. Esta reunión es de vital importancia, ya que se producirá justo antes de que venza el plazo de 10 días impuesto por Trump para que Rusia acepte un alto el fuego en Ucrania. El presidente de Estados Unidos ha amenazado con imponer sanciones secundarias a los importadores de petróleo ruso si no se alcanza un acuerdo.
El Kremlin valora estos contactos como «importantes, significativos y muy útiles», lo que evidencia una clara disposición a negociar para evitar un mayor aislamiento económico. La afirmación de Trump de que Moscú «parece bastante bueno para evitar las sanciones» y que puede lograrlo si «llega a un acuerdo donde la gente deje de morir» pone toda la presión sobre la mesa de negociaciones.