Un grave fallo en los protocolos de seguridad del Hospital Materno de Camagüey permitió que un hombre, vestido con bata médica, accediera sin autorización a las áreas de gestantes, donde realizó tactos vaginales a varias mujeres embarazadas antes de abandonar el centro sin ser detectado inicialmente. El hecho, ocurrido hace varios meses, fue revelado recientemente por el periodista independiente José Luis Tan Estrada, exponiendo serias vulnerabilidades en la protección de pacientes dentro del sistema sanitario cubano.
De acuerdo con testimonios de personal sanitario y familiares de las afectadas, el individuo, cuyo nombre no ha sido divulgado por las autoridades, ingresó al hospital vestido como médico de guardia, transitó libremente por dos salas y se dirigió a la planta de embarazadas. Allí, actuó con tal desparpajo que logró examinar a varias pacientes en la Sala E y posteriormente en la Sala A, donde solo comenzó a levantar sospechas cuando ya se retiraba.
“Nadie lo cuestionó porque siempre cambia el personal y no había custodios que controlaran el acceso”, explicó un empleado del centro bajo condición de anonimato. “La seguridad en este hospital no existe”, reconoció, mientras enfermeras relataron que lo confundieron con un galeno recién incorporado.
Detención y antecedentes
El sujeto fue detenido horas más tarde, cuando intentaba ingresar de la misma manera al Hospital Oncológico de la provincia, aún ataviado con la indumentaria médica. Investigaciones posteriores sugieren que no era la primera vez que utilizaba este método para acceder a centros de salud. Según fuentes internas, el hombre habría aprovechado este modus operandi en ocasiones anteriores para sustraer celulares, ventiladores y otros equipos. “Aquella vez, al parecer, se complicó y decidió hacerse pasar por doctor frente a las gestantes”, señaló un trabajador al periodista.
Preocupación y contexto nacional
El caso ha generado alarma sobre la desprotección de pacientes en servicios médicos críticos y ha dejado al descubierto deficiencias en los controles de acceso, la verificación de credenciales y la vigilancia en áreas sensibles. Hasta el momento, no se ha informado sobre medidas disciplinarias aplicadas al personal del hospital ni sobre posibles consecuencias legales para los responsables de supervisar la seguridad en el recinto.
Este incidente se enmarca en un patrón de sucesos similares reportados en Cuba. Meses atrás, en La Habana, un estafador se presentaba como familiar de una paciente en estado crítico para ganarse la confianza de otros y robar sus pertenencias. Mientras, en Holguín, una mujer fue descubierta haciéndose pasar por enfermera para alquilar ilegalmente camas de parto.
La recurrencia de estos hechos plantea serias interrogantes sobre la eficacia de los mecanismos de control en las instituciones de salud pública de la isla y la seguridad de los pacientes que confían en su cuidado













