En un torpe intento por controlar una crisis de credibilidad, el gobierno cubano ha aplicado una de sus tácticas más conocidas: hacer desaparecer el problema. La exministra cubana Marta Feitó Cabrera, protagonista de un escándalo mayúsculo por negar la pobreza en la isla, ha sido virtualmente «borrada» del espacio público. Todo el contenido de su cuenta oficial en X (antes Twitter) fue eliminado, en un esfuerzo por limpiar el rastro digital de una funcionaria cuya caída expuso las profundas contradicciones del régimen.
Sin embargo, la estrategia del silencio se topó con una realidad incontrolable: la indignación popular, la repercusión en la prensa internacional y, sobre todo, la voz disidente de su propio hijo desde el exilio.

El Origen del Escándalo: La Criminalización de la Pobreza
La crisis estalló tras las declaraciones de Feitó en la Asamblea Nacional. En un acto de total desconexión con la realidad, afirmó que en Cuba no existían mendigos y que las personas que pedían limosna o hurgaban en la basura lo hacían por elección.
Para la entonces ministra, estas personas iban «disfrazados de mendigos» y eran «ilegales del trabajo por cuenta propia», una afirmación que no solo minimizaba la miseria visible en cada rincón del país, sino que la criminalizaba.
La reacción fue inmediata y masiva. Artistas, activistas y ciudadanos comunes denunciaron el desprecio institucional, forzando una rápida maniobra de control de daños por parte del gobierno que culminó con la renuncia «solicitada» por la propia ministra.
«Borrada» de las Redes: La Fútil Estrategia del Silencio
La respuesta del régimen fue tan predecible como ineficaz. Mientras el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) guardaba un silencio absoluto y continuaba con sus publicaciones como si nada, se procedió a borrar todo el historial de la cuenta de X de Feitó. Incluso un tuit publicado horas antes de su caída, donde irónicamente hablaba de proteger a los vulnerables, fue eliminado.
Pero el escándalo ya había trascendido las fronteras. Medios como BBC, CNN, El País y Deutsche Welle se hicieron eco de la noticia, exponiendo internacionalmente el cinismo del discurso oficial cubano. Borrar los tuits no podía borrar los titulares.
El Golpe Inesperado: El Hijo de la Exministra Rompe con el Régimen
La estocada final a la estrategia de contención del régimen vino desde un frente inesperado: la propia familia de la exministra. Su hijo, Alejandro Fernández Feitó, quien reside en Miami tras emigrar en 2024 con el parole humanitario, rompió públicamente con el gobierno.
En declaraciones a Martí Noticias, se desmarcó por completo de la ideología de su madre y del sistema que representa. «Mi visión política es totalmente opuesta», afirmó, y añadió: «No me puedo hacer responsable de lo que ella diga o le hayan mandado a decir». Su testimonio fue la prueba irrefutable de que la crisis cubana fractura hasta los lazos más íntimos.
Un Escándalo que Desnuda la Realidad Cubana
La caída de la exministra cubana Marta Feitó desmonta por completo la narrativa oficial de justicia social. Ocurre en un contexto donde, según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, el 89% de los hogares cubanos vive en la pobreza extrema. La propia Feitó había admitido meses antes que más de 1,200 comunidades vivían en condiciones de miseria.
El intento de borrarla de la esfera digital no hace más que confirmar la hipocresía de un sistema que, enfrentado a su propio fracaso, prefiere la censura a la autocrítica y la soberbia a la empatía. El problema no era una ministra; el problema es el sistema que la aplaudió.