El mercado informal de divisas en Cuba ha vuelto a ser el protagonista de la economía de la isla, marcando un nuevo y preocupante hito. Este lunes 8 de septiembre, el euro (EUR) alcanzó la cifra récord de 463 pesos cubanos (CUP), mientras que la Moneda Libremente Convertible (MLC) repuntó ligeramente a 195 CUP. Estas cifras no son meros números en una tabla; son el reflejo palpable de la galopante desconfianza del mercado en el peso cubano y, para muchos de nosotros en la diáspora, el pulso de la desesperación cotidiana de nuestras familias en la isla. Como periodista que ha seguido de cerca la diáspora cubana y las políticas migratorias por más de 15 años, y habiendo vivido las transiciones económicas en Cuba, España y ahora en Estados Unidos, observo estas fluctuaciones con la perspectiva de quien ha visto a sus seres queridos «resolver» en medio de la adversidad.
La Constante Presión sobre la Tasa de Cambio Informal en Cuba
La dinámica actual de la tasa de cambio informal en Cuba es el resultado de un cóctel explosivo de factores económicos y políticos. La escasez crónica de divisas en los canales oficiales, combinada con una inflación descontrolada y una producción nacional insuficiente, empuja a los cubanos a buscar desesperadamente euros, dólares y MLC en el «mercado negro». Para mis compatriotas, el acceso a estas monedas no es un lujo, sino una necesidad básica para comprar alimentos, medicinas y bienes esenciales que el Estado no puede garantizar.
El propio mercado informal, aunque ilegal, ha adquirido una legitimidad social innegable, convirtiéndose en el verdadero termómetro de la economía cubana. Las cifras que el medio digital elTOQUE publica diariamente, y que sirven de referencia para millones de cubanos, son una prueba de la incapacidad del gobierno para controlar una realidad económica que se les escapa de las manos. Desde mi llegada a Estados Unidos, he visto cómo estas estadísticas se consultan casi como el pronóstico del tiempo, dictando el humor y la ansiedad de la comunidad.
El Euro: Rompiendo Barreras y Reflejando la Demanda
La escalada del euro a los 463 CUP marca un nuevo récord absoluto, consolidando su posición como la divisa de mayor apreciación en el mercado informal cubano. Este fenómeno no es casual. Una parte significativa de las remesas que llegan a Cuba provienen de Europa, y la demanda de la moneda comunitaria para transacciones y ahorros es inmensa. A inicios de agosto, el euro se cotizaba en 445 CUP, y tras un período de relativa estabilidad alrededor de los 450 CUP a mediados de mes, experimentó un «subidón» significativo entre el 26 y 28 de agosto, pasando a 460 CUP. Esta tendencia sostenida se ha materializado en el actual récord, con un aumento de casi 20 pesos en el último mes.
Mi experiencia personal, primero en Cuba y luego en España, me permite entender el peso del euro en la economía familiar. Recuerdo las largas esperas en el consulado de Madrid para «legalizar» documentos que permitieran enviar dinero o bienes a la isla. El euro no es solo una divisa; es la esperanza de un plato de comida, de un medicamento o de un pasaje para visitar a la familia. Su continua apreciación frente al peso cubano es un claro indicador de que la población confía más en esta moneda extranjera que en su propia moneda nacional para proteger su poder adquisitivo frente a la inflación desbocada.
La Moneda Libremente Convertible (MLC): Un Respiro Frágil en su Caída
La MLC, esa divisa digital controlada por el Estado cubano, ha experimentado un comportamiento opuesto al euro. A pesar de un ligero repunte hasta los 195 CUP este lunes, su trayectoria general en el último mes ha sido de franca depreciación. Desde los 213 CUP a principios de agosto, la MLC ha caído a mínimos de 190 CUP a finales de mes, revelando una profunda desconfianza entre la población. Este «ligero respiro» de 195 CUP apenas maquilla una pérdida mensual de casi 20 pesos.
El concepto de la MLC, introducido con la promesa de facilitar transacciones y acceso a productos, ha fracasado en generar credibilidad. Muchos cubanos, incluyendo a miembros de mi propia familia en la isla, la perciben como una herramienta del gobierno para absorber las divisas de las remesas y el turismo, sin ofrecer a cambio una verdadera liquidez o la posibilidad de un ahorro seguro. La historia de Cuba con las monedas controladas, como el CUC en su momento, ha creado un precedente de inestabilidad que ahora persigue a la MLC, haciendo que los cubanos prefieran las «monedas fuertes» del mercado informal.
El Dólar Estadounidense: Estabilidad en un Mar de Incertidumbre
A diferencia de la volatilidad del euro y la depreciación de la MLC, el dólar estadounidense ha mantenido una relativa estabilidad en los 412 CUP. Este valor, si bien es elevado, muestra un crecimiento más pausado que el de la moneda europea. El billete verde, que se negociaba a 398 CUP a principios de agosto, superó la barrera de los 400 CUP a mediados de mes y se consolidó en los 410 CUP a finales de agosto, sumando una ganancia de 14 pesos en el último mes.
Desde mi observatorio en Miami, es evidente que el dólar mantiene su estatus como la divisa más transada en el mercado informal, a pesar de los intentos del gobierno cubano por desincentivar su uso. Su universalidad y la conexión cultural con Estados Unidos lo hacen indispensable para la compraventa de bienes importados y las remesas que llegan desde Norteamérica. Esta estabilidad, aunque precaria, demuestra que, para los cubanos, el dólar sigue siendo una referencia clave para entender el valor de su trabajo y sus ahorros, especialmente para aquellos que «resuelven» en la economía sumergida.
El Desafío de la Desconfianza: Impacto en la Vida del Cubano de a Pie
Las oscilaciones de la tasa de cambio informal en Cuba no son meras estadísticas para académicos o economistas; son una puñalada constante al bolsillo de cada familia cubana. Como muchos cubanos que llegaron a EE.UU. después de pasar por Europa, la perspectiva de la comunidad aquí es distinta, pero la empatía por quienes quedaron en la isla es inmensa. Cuando el euro o el dólar suben, los precios de los productos básicos se disparan, la posibilidad de ahorrar se esfuma, y la esperanza de una vida mejor se desdibuja aún más.
La desconfianza en el peso cubano es profunda y multifacética. La inflación anual, que supera con creces cualquier aumento salarial, convierte al CUP en una moneda que «se derrite en las manos.» En este contexto, poseer divisas fuertes se convierte en una estrategia de supervivencia, un escudo contra la voracidad inflacionaria. Esta situación fomenta la dolarización y euroización de facto de la economía, alejándose cada vez más de los objetivos de soberanía monetaria que el gobierno cubano ha proclamado.
La tabla de referencia de elTOQUE del 8 de septiembre de 2025:
- Dólar (USD) a pesos cubanos (CUP): 412 CUP
- Euro (EUR) a pesos cubanos (CUP): 463 CUP
- Moneda Libremente Convertible (MLC) a pesos cubanos (CUP): 195 CUP
El Papel Crucial de las Remesas y el Vínculo con la Diáspora
Para un periodista como yo, que ha dedicado su carrera a entender la diáspora, es imposible desligar la tasa de cambio informal en Cuba del flujo de remesas. Son estas remesas, enviadas con tanto sacrificio por cubanos como yo desde España, Estados Unidos y otras partes del mundo, las que alimentan gran parte de la demanda de divisas en la isla. Nuestros compatriotas en Cuba dependen de ese dinero para sobrevivir, y la volatilidad del mercado informal dicta el verdadero valor de esos esfuerzos.
La falta de canales oficiales eficientes y confiables para el envío y cambio de divisas ha consolidado la informalidad. El gobierno cubano ha intentado en varias ocasiones, sin éxito, controlar este mercado. La realidad es que, mientras no exista una oferta estatal de divisas que satisfaga la demanda real de la población, o una reforma económica profunda que genere confianza en el peso cubano, la gente seguirá recurriendo a la «calle» para conseguir las monedas extranjeras que necesitan para vivir.
Perspectivas Futuras y la Resiliencia del Pueblo Cubano
El escenario económico en Cuba, marcado por la inestabilidad cambiaria, la inflación y la escasez, no muestra signos de mejora a corto plazo. La tendencia alcista del euro y la lucha por la supervivencia de la MLC y el dólar son síntomas de un problema estructural más profundo que requiere soluciones integrales. Como he observado a lo largo de mi trayectoria, el pueblo cubano es increíblemente resiliente, pero esta resiliencia se pone a prueba cada día con estas cifras.
En la ausencia de políticas económicas coherentes y creíbles, el mercado informal seguirá siendo el principal proveedor de divisas, y sus tasas, el indicador más preciso de la salud económica y social de la isla. Es una situación que nos duele a todos los cubanos, dentro y fuera del país, y que subraya la urgencia de cambios que permitan a nuestros hermanos vivir con la dignidad y la estabilidad que merecen. Hasta entonces, seguiremos viendo cómo la tasa de cambio informal no solo refleja el valor de las monedas, sino también el valor de la esperanza y la lucha diaria de un pueblo.















Un comentario
This insightful piece truly captures the economic struggles in Cuba. The reliance on foreign currencies like the Euro and Dollar highlights the governments failed policies and the resilience of the people. A powerful reminder of the human cost of economic crisis.labubu live wallpaper