La propuesta de la UE permitiría destinar hasta 185.000 millones de euros a la defensa y reconstrucción ucraniana, aunque enfrenta resistencias internas por temor a represalias
Estados Unidos ha expresado su apoyo total al plan de la Unión Europea para utilizar los intereses generados por los activos rusos congelados como herramienta financiera destinada a apoyar a Ucrania en su defensa contra la invasión rusa, según confirmó una fuente gubernamental estadounidense citada por Reuters.
La iniciativa de la Comisión Europea, que contempla el uso de hasta 185.000 millones de euros (equivalentes a unos 217.000 millones de dólares) provenientes de los aproximadamente 210.000 millones de euros en activos soberanos rusos actualmente retenidos en Europa, no implica la confiscación directa de los fondos, sino la utilización de los rendimientos financieros que estos generan para financiar la reconstrucción y defensa de Ucrania.
Washington «apoya absolutamente a la UE y las medidas que están tomando ahora mismo para poder utilizar esos activos como herramienta», declaró la fuente, que pidió mantener el anonimato debido a la sensibilidad del tema. Este respaldo se produce en un contexto donde la administración Trump ha intensificado la presión sobre Rusia mediante nuevas sanciones contra sus principales compañías petroleras.
Sin embargo, la propuesta europea enfrenta resistencia dentro del bloque. Bélgica, donde se concentra la mayor parte de los fondos rusos, ha manifestado preocupación por las implicaciones legales y los posibles riesgos de represalias. En días recientes, Berlín sugirió que los avistamientos de drones sobre bases militares y aeropuertos belgas podrían constituir una advertencia de Moscú para disuadir cualquier movimiento sobre los activos.
El Kremlin ha negado cualquier implicación en estos incidentes, pero ha amenazado con una «respuesta contundente» si se concretan medidas que considere una incautación. El debate jurídico se centra en evitar la violación de normas internacionales sobre inmunidad soberana, limitándose al uso de los intereses generados mientras los activos permanecen inmovilizados en bancos europeos.
Para Ucrania, esta iniciativa representa una de las pocas vías realistas para sostener su economía y esfuerzo bélico. Fuentes del Ministerio de Finanzas ucraniano han insistido en que «es justo que los recursos del agresor financien la reparación de los daños que ha causado», proponiendo que los fondos se destinen a infraestructuras críticas, compensaciones a civiles y apoyo al sector energético.
Mientras algunos gobiernos europeos temen que el movimiento siente un precedente peligroso para el sistema financiero internacional, Washington ha abogado por mantener la coordinación con el G7 para evitar que la medida sea percibida como una expropiación, en un delicado equilibrio entre presionar a Moscú y preservar la estabilidad de los mercados globales.













