Letitia James firmó un «rider» para segunda vivienda que le ahorró miles, pero fiscales alegan que en realidad alquilaba la propiedad a su sobrina-nieta, lo que constituye un fraude bancario federal.

Un documento de una sola página, un «rider» para segunda vivienda anexo a una hipoteca, se ha convertido en la pieza central de los cargos criminales federales que enfrenta la Fiscal General de Nueva York, Letitia James, y por los que podría enfrentar hasta 60 años de prisión. En este documento, fechado el 17 de agosto de 2020 y obtenido por The Post, James declaró bajo su firma que la propiedad en Virginia sería una segunda vivienda ocupada principalmente por ella, lo que le permitió asegurar una tasa de interés más baja y ahorrarse nearly $19,000, según los fiscales. Sin embargo, la realidad era muy diferente: su sobrina-nieta, Nakia Thompson, se mudó poco después de que James comprara la casa, según informó el New York Times.


La fuerza del caso, que acusa a James de fraude bancario federal y de hacer declaraciones falsas a una institución financiera, podría depender de si Thompson pagaba alquiler. La propia Thompson declaró ante un gran jurado en junio que vivía en la casa de tres habitaciones de forma gratuita. El documento firmado por James prohibía expresamente cualquier «acuerdo de propiedad compartida» que la obligara a alquilar la propiedad o ceder el control sobre su ocupación. Los fiscales alegan en su acusación que James presentó documentos fiscales que mostraba que pasaba cero días en la casa y que recibió miles de dólares en ingresos por alquiler. James ha negado cualquier irregularidad y alega que los cargos son un «blanco político» de la administración Trump.

















