Con una trayectoria de dos décadas en periodismo de investigación sobre geopolítica y asuntos latinoamericanos, este análisis profundiza en la reciente visita de Miguel Díaz-Canel a China, un evento que subraya la creciente dependencia de Cuba hacia Pekín en medio de una profunda crisis interna. El gobernante cubano se reunió con Xi Jinping en Beijing, anunciando la firma de significativos compromisos de cooperación en áreas clave como la agricultura, la inteligencia artificial, la medicina tradicional, la infraestructura y la esfera cultural y mediática, un despliegue de alianzas que busca proyectar estabilidad y progreso para el régimen cubano en el escenario global.
Contexto de la Visita: Entre la Diplomacia y la Desesperación Económica
La visita de Díaz-Canel a China no es un hecho aislado, sino la continuación de una larga historia de alianzas entre el régimen cubano y la República Popular China. Sin embargo, el telón de fondo de este viaje es la peor crisis económica que ha enfrentado Cuba en décadas, caracterizada por la escasez generalizada, una inflación galopante y apagones que paralizan la vida diaria de los ciudadanos. En este escenario, la búsqueda de apoyo en Pekín se torna una estrategia de supervivencia para La Habana, que busca oxígeno financiero y tecnológico para paliar las deficiencias estructurales de su economía planificada.
Un Largo Historial de Solidaridad Socialista
Las relaciones entre Cuba y China se remontan a los primeros años de la Revolución Cubana, consolidándose bajo el paraguas de la Guerra Fría y la ideología socialista. China ha sido históricamente un socio comercial y político fundamental para Cuba, especialmente tras el colapso de la Unión Soviética, cuando la isla se vio sumida en el «Período Especial». En los últimos años, con la emergencia de China como una potencia global, esta relación ha adquirido nuevas dimensiones, con Pekín viendo a Cuba como un punto estratégico en el Caribe y una oportunidad para expandir su influencia en América Latina a través de iniciativas como la Franja y la Ruta de la Seda.
Acuerdos de Cooperación: Una Cortina de Humo para la Crisis Cubana
El Gran Palacio del Pueblo en Beijing fue el escenario de la firma de once documentos de cooperación, presentados por el régimen castrista como una muestra de la «productividad» del encuentro. Según la Presidencia de Cuba, estos acuerdos incluyen áreas tan diversas como la agricultura, la inteligencia artificial, la medicina tradicional, la infraestructura y los intercambios culturales y mediáticos. Destaca la inclusión de compromisos relacionados con la iniciativa china de la Franja y la Ruta de la Seda, un ambicioso proyecto global de infraestructura que a menudo es criticado por generar dependencia de deuda en los países participantes.
🇨🇳🤝🇨🇺| Productivo encuentro del Presidente @DiazCanelB con el Presidente Xi Jinping en Beijing.
Al término de la reunión se anunció la firma de once documentos de cooperación. Entre ellos los relacionados con la Franja y la Ruta de la Seda, las consultas políticas, la cooperación práctica,… pic.twitter.com/fQ3229oG6P
— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) September 4, 2025
Díaz-Canel, en un mensaje publicado en la plataforma X (anteriormente Twitter), expresó su «profundo agradecimiento» a Xi Jinping por su «implicación personal y sensibilidad» en los asuntos de Cuba, una declaración que revela la importancia estratégica que el régimen concede a este apoyo externo. Este tipo de retórica de gratitud es habitual en las relaciones de La Habana con sus aliados políticos, y subraya la posición de Cuba como receptora de ayuda más que como un socio en igualdad de condiciones.
Profundamente agradecido con el Presidente Xi Jinping por su implicación personal y sensibilidad en los asuntos de Cuba. La amistad entre nuestros pueblos es una llama que jamás se extingue. #Cuba #China pic.twitter.com/Xz95u2zO0t
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) September 4, 2025
La Paradoja de los «Logros» Biotecnológicos vs. la Realidad Sanitaria
Durante su visita, Díaz-Canel recorrió la sede en Beijing de la empresa mixta BPL, un proyecto de biotecnología con participación cubana que produce y comercializa medicamentos en China. Se alabaron «logros» como la exportación del anticuerpo monoclonal cubano Nimotuzumab y el inicio del traslado de la producción de la vacuna CIMAVAX contra el cáncer de pulmón. Sin embargo, este relato contrasta fuertemente con la realidad de los hospitales cubanos, que carecen de medicamentos e insumos básicos, una paradoja que resalta la desconexión entre la narrativa oficial y las necesidades urgentes de la población, tal como han documentado reportes de prensa independiente y organizaciones de derechos humanos como el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
La Escenografía Geopolítica: Cuba en el Bloque Autoritatio
El viaje de Díaz-Canel a China no solo tuvo un componente económico, sino también un fuerte simbolismo geopolítico. Su visita coincidió con un imponente desfile militar en la Plaza de Tiananmen, con motivo del 80 aniversario de la victoria china contra Japón en la Segunda Guerra Mundial. Desde un palco de honor, Xi Jinping exhibió un vasto arsenal de armas avanzadas y miles de soldados, proclamando que «el ascenso de China es imparable». Este evento fue particularmente relevante por la presencia de figuras como el ruso Vladimir Putin y el norcoreano Kim Jong Un, líderes de regímenes que, al igual que China, mantienen una tensa relación con Occidente. La participación de Díaz-Canel en esta exhibición de poder militar y político refuerza la percepción de Cuba como un aliado dentro de un bloque autoritario que busca desafiar el orden global liderado por Estados Unidos, una postura que genera preocupaciones sobre su alineación con países con historiales cuestionables en derechos humanos y agresiones militares, según análisis de think tanks internacionales como el Council on Foreign Relations.
El Alto Costo de la Diplomacia Aérea
Un detalle que ha generado controversia es el costo del transporte de la delegación cubana. Díaz-Canel llegó a China procedente de Vietnam en un avión arrendado, un Airbus A330-200, con una capacidad para 299 pasajeros y un costo estimado de 11,000 dólares la hora. Este gasto, que se suma a otras giras internacionales del mandatario cubano, contrasta agudamente con la austeridad forzosa que vive la población cubana. Mientras la infraestructura aérea cubana sufre de falta de mantenimiento y repuestos, y el transporte público es un calvario diario, el régimen invierte sumas considerables en viajes de lujo para sus dirigentes, un punto de fricción que subraya la brecha entre la élite gobernante y el pueblo.
Implicaciones y Perspectivas Futuras
La visita de Díaz-Canel en China, parte de una gira más amplia por sus aliados ideológicos en Asia (Vietnam y Laos), consolida la dependencia de La Habana de estos regímenes. Lejos de ofrecer soluciones inmediatas a la desesperada situación de los cubanos, la gira se centró en la exhibición de acuerdos de cooperación que, hasta ahora, no se han traducido en una mejora tangible de las condiciones de vida en la isla. El gobierno cubano exhibe estos convenios como un triunfo diplomático, pero la realidad en el terreno persiste: hospitales sin insumos, escasez crónica de alimentos y energía, deterioro de la infraestructura y una represión continua a la disidencia interna.
Esta profundización de las relaciones con potencias como China, Rusia y Vietnam, aunque vital para la supervivencia del modelo cubano, plantea serias preguntas sobre la soberanía a largo plazo de la nación y su capacidad para forjar un camino independiente. El viaje de Díaz-Canel, más que una búsqueda de soluciones para su pueblo, parece ser una reafirmación ideológica y una búsqueda de respaldo en el club de naciones que desafían el orden occidental, con el consiguiente riesgo de mayor aislamiento internacional y el reforzamiento de un modelo que no ha logrado resolver las necesidades básicas de sus ciudadanos.
Preguntas Frecuentes sobre la Visita de Díaz-Canel a China y sus Implicaciones
¿Cuáles fueron los principales acuerdos firmados entre Cuba y China durante la visita de Díaz-Canel?
Durante la visita de Díaz-Canel a China, se firmaron once documentos de cooperación. Estos abarcan una amplia gama de sectores, incluyendo agricultura, inteligencia artificial, medicina tradicional, infraestructura y la esfera cultural y mediática. Destacan los acuerdos relacionados con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, consultas políticas y cooperación en seguridad global. Sin embargo, el impacto directo de estos acuerdos en la vida diaria de los cubanos aún está por verse, dada la persistente crisis en la isla.
¿Cuál es la postura de Díaz-Canel respecto a la relación con China?
Díaz-Canel ha expresado un profundo agradecimiento hacia China y su líder, Xi Jinping, por su «implicación personal y sensibilidad» en los asuntos cubanos. Esta postura refleja la dependencia estratégica de Cuba hacia China como un aliado vital en un contexto de severas dificultades económicas y aislamiento internacional. La retórica oficial subraya una amistad inquebrantable y la búsqueda de respaldo frente a las presiones externas.
¿Qué simboliza el desfile militar presenciado por Díaz-Canel en China?
El desfile militar en la Plaza de Tiananmen, al que asistió Díaz-Canel junto a líderes como Vladimir Putin y Kim Jong Un, simboliza el creciente poderío militar y la ambición geopolítica de China. Su presencia en este evento, en conmemoración del 80 aniversario de la victoria china contra Japón en la Segunda Guerra Mundial, proyecta una imagen de Cuba alineada con un bloque de naciones autoritarias que buscan reconfigurar el orden global y desafiar la hegemonía occidental, una estrategia con importantes implicaciones internacionales.
¿Cómo afecta la relación Cuba-China a la situación interna en la isla?
A pesar de los múltiples acuerdos de cooperación, la situación interna en Cuba sigue siendo crítica. La población enfrenta continuos apagones, una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación descontrolada. La profundización de la relación con China y otros aliados ideológicos, aunque proporciona cierto apoyo, no ha logrado aliviar las carencias fundamentales que sufre el pueblo cubano, lo que genera un contraste marcado entre los discursos oficiales de prosperidad y la dura realidad cotidiana.