Activistas alertan sobre la captura masiva de especies protegidas que usan Cuba como corredor migratorio, una práctica que pone en riesgo el equilibrio ecológico y viola la ley de bienestar animal.
La captura ilegal de aves migratorias mediante jaulas trampa se ha convertido en una preocupante práctica en varias zonas de La Habana, según denunció el capítulo habanero de Bienestar Animal Cuba (BAC-Habana). La organización alertó que especies como azulejos, bijiritas y zorzales son atrapadas indiscriminadamente en áreas como el Cotorro y el Parque Metropolitano, privándolas de su libertad y alterando su rol ecológico como controladoras de plagas y dispersoras de semillas.
«Encerrarlas en jaulas para escuchar su canto es un acto cruel y profundamente injusto», señaló BAC-Habana, destacando que muchas de estas aves mueren por estrés o pierden su plumaje en cautiverio. Aunque el Decreto-Ley 31 de Bienestar Animal prohíbe expresamente la retención de animales silvestres sin autorización, la falta de vigilancia efectiva facilita que estas capturas continúen año tras año. La situación se agrava por la crisis alimentaria, que ha llevado a que algunas aves, como el pitirre abejero, se vendan en el mercado negro a 400 pesos la libra, y por redes de contrabando que intentan exportar ejemplares vivos, como ocurrió recientemente en el aeropuerto José Martí.













