La crisis energética en Cuba se agudiza, con apagones generalizados que afectan a toda la isla. El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) enfrenta un déficit de generación que impacta directamente en el suministro, provocando cortes de luz frecuentes en hogares y servicios esenciales.
Déficit energético: un problema persistente en Cuba
La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) ha reportado un déficit significativo en la generación eléctrica, superando los 1,300 MW en las últimas horas. Este escenario, que ha sido una constante en el país durante más de cinco años, se debe a una compleja combinación de factores. La falta de combustible, la avería de unidades generadoras en centrales termoeléctricas clave y las labores de mantenimiento programado se suman para crear una red eléctrica vulnerable y deficiente.
Según los informes de la UNE, la Unidad 2 de la Central Termoeléctrica (CTE) Felton se encuentra fuera de servicio debido a una avería. Adicionalmente, la Unidad 2 de la CTE Santa Cruz, la Unidad 4 de la CTE Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos y la Unidad 5 de la CTE Renté están en mantenimiento. Estas paralizaciones, sumadas a las limitaciones técnicas que afectan a 490 MW y a las 72 centrales de generación distribuida afectadas por problemas de combustible (que suman 578 MW), dibujan un panorama sombrío para el sector energético cubano.
Las proyecciones oficiales para el horario pico indicaban una disponibilidad de 2,170 MW frente a una demanda estimada de 3,450 MW, lo que anticipaba un déficit de 1,280 MW y afectaciones que podrían alcanzar los 1,350 MW. A pesar de los esfuerzos por recuperar energía mediante motores distribuidos que carecen de combustible, la situación general se mantiene crítica.
Impacto en la vida cotidiana
La crisis energética en Cuba no solo se traduce en cortes de luz, sino que tiene un impacto profundo en la vida diaria de los ciudadanos. La interrupción constante del suministro eléctrico afecta servicios básicos como la salud, la refrigeración de alimentos, el acceso a agua potable y el funcionamiento general de la economía. Esta situación, que se prolonga por más de cinco años, genera descontento y malestar en una población que reclama soluciones efectivas y a largo plazo.
Curiosamente, la UNE reportó que durante el domingo y la madrugada del lunes no se produjeron apagones en La Habana por déficit de generación. Sin embargo, esta aparente calma en la capital contrasta con las afectaciones que se mantienen en el resto del país, evidenciando la disparidad en la distribución de recursos y la persistencia de la crisis a nivel nacional.
Preguntas frecuentes sobre la crisis energética en Cuba
¿Cuál es el actual déficit eléctrico en Cuba?
El déficit eléctrico actual en Cuba supera los 1,300 MW, según informó la Unión Eléctrica de Cuba (UNE). Este déficit ha resultado en apagones prolongados que afectan a la población en todo el país. La crisis energética lleva más de cinco años sin una solución efectiva por parte del gobierno.
¿Cuáles son las causas principales de este déficit energético?
Las causas del déficit energético en Cuba incluyen averías en unidades clave de termoeléctricas, mantenimiento programado de varias centrales y falta de combustible. Estas condiciones han dejado múltiples unidades fuera de servicio y han afectado la capacidad de generación distribuida, sumando a la crisis actual.
¿Cómo está impactando la crisis energética en la vida diaria de los cubanos?
La crisis energética está afectando gravemente la vida cotidiana de los cubanos, provocando cortes de electricidad prolongados que impactan en sectores vitales como la salud, la alimentación y el transporte. La falta de electricidad también perjudica la producción y los servicios básicos, generando un clima de desesperación e incertidumbre en la población.
¿Qué medidas ha tomado el gobierno cubano para solucionar la crisis energética?
A pesar de las repetidas promesas de soluciones a largo plazo, el gobierno cubano no ha logrado implementar medidas efectivas para resolver la crisis energética. Las soluciones temporales y la falta de inversión en infraestructura han dejado al sistema eléctrico nacional en un estado de deterioro continuo, sin señales de mejora en el corto plazo.