En un gesto poco común de transparencia, el periódico oficialista Girón, de la provincia de Matanzas, ha publicado un artículo que realiza una cruda radiografía del profundo deterioro sistémico que azota a Cuba. El texto, titulado «Los peligros de una nación con achaques», trasciende la narrativa habitual de la prensa estatal para admitir la precariedad generalizada en la infraestructura, los servicios básicos y la vida cotidiana de los ciudadanos, señalando una crisis que va más allá de factores externos y apunta a fallas estructurales internas. Esta admisión subraya la gravedad de la situación, donde los «achaques» ya no son meras dolencias, sino síntomas de una nación al borde del colapso funcional.
El Inusual Reconocimiento de la Prensa Oficialista Cubana
El artículo del periodista Guillermo Carmona en el Girón (periódico oficial de Matanzas) representa un hito en la comunicación gubernamental cubana. Tradicionalmente, la prensa oficial tiende a minimizar las problemáticas internas, atribuyendo las dificultades principalmente a factores externos como el embargo estadounidense. Sin embargo, en esta ocasión, el tono es marcadamente diferente. Carmona inicia su análisis afirmando que «el país se me llena de achaques», una frase cargada de una honestidad poco frecuente que rompe con la retórica habitual de resistencia y optimismo forzado.

La relevancia de esta publicación radica no solo en el reconocimiento explícito de una crisis multifacética, sino en el medio que la difunde. Un periódico provincial, que opera bajo el estricto control del Partido Comunista de Cuba, al admitir que la «infraestructura envejece, las instituciones flaquean y se agotan los hombres», está enviando una señal potente sobre la inviabilidad del modelo actual. Este es un punto de inflexión, una revelación que sugiere que la situación ha llegado a un punto donde incluso el discurso oficial no puede seguir ignorando la realidad de millones de cubanos.
Radiografía de una Nación en Decadencia: De la Infraestructura a la Vida Cotidiana
El artículo del Girón no se limita a una declaración general; ofrece una descripción detallada de los problemas que Carmoña identifica como los «signos visibles de esa decadencia». Estos «achaques» permean todos los aspectos de la vida en la isla, desde lo material hasta lo social.
El Colapso Silencioso de la Arquitectura y la Crisis de Vivienda
Uno de los puntos más críticos abordados es el deterioro arquitectónico y la profunda crisis de vivienda. Carmona lamenta que el problema habitacional, lejos de resolverse, se agrava cada día. Miles de cubanos residen en edificaciones al borde del colapso, o ven con impotencia cómo sus propios hogares se desintegran sin la posibilidad de repararlos. Los derrumbes, a menudo con consecuencias fatales, son una manifestación trágica de esta desatención, convirtiéndose en noticias recurrentes que reflejan la vulnerabilidad de la población. La advertencia de un bombero, citado en el texto tras su experiencia en el Hotel Saratoga y la Base de Supertanqueros, sobre el aumento de accidentes debido al desgaste de la infraestructura, resuena como una premonición cumplida en las calles y edificios de Cuba. Esta situación no solo afecta la seguridad física, sino que también erosiona la moral y la esperanza de las familias, condenadas a vivir en condiciones de riesgo permanente.
La Obsolescencia Automotriz como Símbolo de Resistencia y Peligro

El parque automotor cubano es, para Carmona, otro claro indicador de esta decadencia. La imagen de un Chevrolet fabricado en 1956, «a pesar del mucho cromado y pintura azul eléctrica», ilustra la ingeniosidad del cubano para mantener operativos vehículos que en cualquier otro país serían piezas de museo. Sin embargo, esta lucha contra la obsolescencia tiene sus límites. La constante avería de coches antiguos no solo implica una carga económica para sus dueños, sino que también representa un grave riesgo para la seguridad vial, con un aumento preocupante en los accidentes de tránsito. La «lucha acaba cuando no podemos alargar más su vida,» sentencia el periodista, evidenciando que ni la creatividad ni el ingenio pueden superar indefinidamente la falta de recursos y la imposibilidad de renovación.
Una Crisis Sanitaria Profunda: Insalubridad y Enfermedades en Auge
En el ámbito sanitario, el panorama es igualmente sombrío. El artículo advierte sobre la proliferación de enfermedades cada verano, una situación exacerbada por el «estado de insalubridad de las calles por la acumulación de vertederos, los pésimos desagües pluviales y sistema de alcantarillado, y los constantes problemas con el abasto de agua». Estos factores, sumados a la escasez crónica de medicamentos y la deficiente infraestructura hospitalaria, crean un caldo de cultivo perfecto para crisis de salud pública. La reciente alerta de la Embajada de EE.UU. en La Habana por el aumento de casos de Hepatitis A, directamente atribuida a la contaminación del agua y la acumulación de basura, valida las observaciones del periodista matancero. La salud de la población se encuentra en una encrucijada crítica, donde la prevención y el tratamiento se ven comprometidos por una combinación de negligencia y falta de recursos.
Las Raíces de los «Achaques»: Un Análisis Crítico y Responsabilidades
El análisis de Carmona, aunque publicado en un medio oficial, se atreve a señalar las causas de esta debacle, no limitándose a las «presiones externas» que el gobierno suele utilizar como excusa. Al mencionar la «mala gestión a lo interno de provincias y municipios», el periodista implícitamente apunta a deficiencias en la administración y la gobernanza. Con una década de experiencia en el análisis de la realidad socioeconómica y política cubana, es evidente que la falta de inversión sostenida, la corrupción sistémica y la ineficiencia burocrática han jugado un papel crucial en la erosión de las bases del país.
La incapacidad de mantener la infraestructura, renovar el parque automotor o garantizar servicios sanitarios básicos no es solo un problema de recursos limitados, sino de prioridades y estrategias fallidas a lo largo de décadas. Los «achaques» que hoy se manifiestan son el resultado de un desgaste acumulado, donde la improvisación y las soluciones a corto plazo han reemplazado a la planificación estratégica y la rendición de cuentas. Como señalaba el bombero, la falta de mantenimiento en los «protocolos de seguridad y de los propios objetos y edificaciones» es una metáfora de un sistema que ha dejado de proteger a sus ciudadanos.
La Implicación de la Advertencia Oficial: «Los Sobrevivientes Debemos Ser Así»
La conclusión del artículo de Girón es, quizás, su aspecto más revelador y polémico. Carmona sugiere que, ante la incapacidad del Estado para proveer soluciones o garantías, la responsabilidad de protegerse recae en los propios ciudadanos: «nos corresponde tener más cuidado, velar por nosotros mismos, someternos a la menor cantidad de riesgos». Esta frase, que remata con «Los sobrevivientes debemos ser así», es una admisión tácita y contundente de la deserción del Estado en su rol fundamental de garante del bienestar y la seguridad de sus habitantes. Implica un reconocimiento de que el sistema ha fallado hasta el punto de que la autoconservación individual se convierte en la única estrategia viable.
Esta perspectiva contrasta drásticamente con la narrativa revolucionaria de un Estado protector y omnipresente. Cuando la prensa oficialista, a través de uno de sus medios, empuja a la población a asumir su propia protección frente a los peligros sistémicos, está revelando una crisis de legitimidad y capacidad gubernamental. Esta advertencia no es un llamado a la acción colectiva o a la participación cívica para solucionar los problemas, sino una resignada invitación a la supervivencia individual en un entorno hostil y precario.
Los ejemplos recientes de Matanzas lo confirman: apagones que superan las 22 horas y un déficit eléctrico nacional de casi 1,800 MW. En el poblado de Máximo Gómez, también en Matanzas, más del 70% de sus habitantes con fiebre y vómitos no tienen acceso a medicamentos ni diagnósticos, mientras la construcción de viviendas no alcanza ni un 15% del plan. Estos datos, muchos de ellos también reconocidos por fuentes oficiales, son la cruda evidencia de que la autoconservación se ha vuelto una necesidad imperante, no una opción.
Conclusión: Un Futuro Incierto y la Urgencia de un Cambio Profundo
El artículo de Girón, aunque velado en su crítica directa, es un grito de alarma. La prensa oficialista, al abrir esta ventana a la cruda realidad, no solo reconoce el profundo deterioro de Cuba en sus múltiples facetas –arquitectónicas, higiénicas, automotrices y sociales–, sino que también expone la fragilidad de un sistema que no puede garantizar las condiciones mínimas para sus ciudadanos. La implicación de que la supervivencia es una responsabilidad individual, más que estatal, marca un punto de inflexión en el discurso público y refleja la desesperanza que se ha infiltrado incluso en los estamentos controlados por el poder.
En última instancia, el texto de Carmona es una invitación tácita a la reflexión sobre el camino que Cuba ha tomado. La «nación con achaques» es una realidad ineludible que exige más que «gratitud y actitud optimista» o la «recuperación» de medicinas ancestrales como el noni. Requiere de cambios estructurales profundos, de una revisión honesta de las políticas implementadas y de una rendición de cuentas que devuelva la confianza en las instituciones. Sin estas transformaciones, el futuro de Cuba seguirá siendo incierto, con sus ciudadanos condenados a ser meros «sobrevivientes» en su propia tierra.
Preguntas Frecuentes sobre la Situación Actual en Cuba
¿Cuál es la situación de la infraestructura en Cuba según el artículo de Girón?
El artículo de Girón describe un deterioro estructural generalizado en Cuba, destacando problemas críticos como la prevalencia de accidentes, el alarmante número de derrumbes de edificios, la obsolescencia crónica del parque automotor y una profunda crisis de vivienda. Esta situación, según el medio oficial, se debe a que la infraestructura ha envejecido de manera considerable y las instituciones responsables de su mantenimiento y gestión flaquean, aumentando significativamente los riesgos para la población. La falta de inversión, mantenimiento adecuado y atención a las necesidades básicas contribuye directamente a esta crítica situación.
¿Qué problemas enfrenta el sistema de salud en Cuba?
El sistema de salud en Cuba enfrenta desafíos enormes, muchos de ellos evidenciados por el artículo. Se destaca un estado de insalubridad generalizada en las calles debido a la acumulación descontrolada de basura, la precariedad de los desagües pluviales y del sistema de alcantarillado, así como problemas constantes e intermitentes con el suministro de agua potable. Estos factores se combinan para propiciar la proliferación de enfermedades, especialmente durante el verano. La situación se agrava por la persistente escasez de medicamentos esenciales y la falta de condiciones sanitarias adecuadas en diversas comunidades, como se ha reportado en casos de brotes de enfermedades como la Hepatitis A.
¿Cómo afecta la crisis energética a la vida cotidiana en Cuba?
La crisis energética en Cuba impacta severamente la vida cotidiana, con apagones que, en algunas zonas, pueden superar las 22 horas diarias. Esta situación, reconocida por la propia empresa eléctrica, se debe a un déficit eléctrico nacional que ha llegado a rondar los 1,800 MW. Los apagones prolongados no solo interrumpen los servicios básicos y generan una enorme frustración, sino que también tienen consecuencias graves como la pérdida de alimentos, la interrupción de la educación y el trabajo a distancia, y el agravamiento de las condiciones sanitarias, contribuyendo a la precariedad general de la vida en la isla.
¿Cuál es la situación del parque automotor en Cuba según el artículo?
El artículo de Girón describe una situación crítica para el parque automotor cubano, caracterizado por la extrema obsolescencia de los vehículos, muchos de los cuales datan de décadas pasadas. Aunque se reconoce la ingeniosidad de los cubanos para mantener estos coches operativos, la realidad es que la «lucha acaba cuando no podemos alargar más su vida». Esta obsolescencia no solo representa un riesgo constante para la seguridad vial, debido a las constantes averías y la falta de piezas modernas, sino que también impone una carga económica insostenible para los propietarios, quienes invierten grandes esfuerzos en reparaciones y mantenimiento.
¿Qué medidas sugiere el artículo de Girón ante la crisis en Cuba?
La conclusión del artículo de Girón es una advertencia personal que, implícitamente, traslada la responsabilidad a los ciudadanos. Sugiere que, ante la falta de garantías públicas y el deterioro generalizado, los individuos deben «tener más cuidado, velar por nosotros mismos, someternos a la menor cantidad de riesgos». Esta recomendación final, que culmina con la frase «Los sobrevivientes debemos ser así», es una tácita admisión de que el Estado no puede garantizar la seguridad y el bienestar, dejando la supervivencia en manos de la resiliencia individual frente a una crisis sistémica.