Unas imágenes publicadas con la intención de mostrar «profesionalismo» se han convertido en la prueba más gráfica de la profunda desconexión del gobierno cubano con el pueblo que dice representar. El Grupo Empresarial PALCO compartió en Facebook el servicio gastronómico ofrecido a los diputados en el Palacio de las Convenciones, y lejos de generar aplausos, desató una tormenta de indignación al revelar el ofensivo contraste entre el menú de la élite y el plato vacío de la ciudadanía.
Las fotografías no muestran un banquete de lujo extremo, pero sí una abundancia y variedad que resulta un insulto en un país sumido en una de las peores crisis alimentarias de su historia, donde conseguir proteínas o simplemente una comida completa es una odisea diaria para millones.
El Banquete de la Polémica: ¿Qué Comen los Diputados?
Mientras la mayoría de los cubanos sobrevive a base de arroz, potajes sin sustancia o lo que aparezca en el mercado informal a precios exorbitantes, la comida de los diputados cubanos incluía una selección que para el ciudadano de a pie es un lujo inalcanzable.

En las imágenes se aprecian ensaladas frías de macarrones, ensaladas de vegetales frescos como zanahoria y pepino, jamón, aceitunas, papas fritas, pan suave y postres como cake cubano. Un menú balanceado y abundante que choca frontalmente con la realidad de las calles.

Una «Astucia» Visual: Ocultar la Carne, Mostrar el Privilegio
Un detalle que no pasó desapercibido para los internautas fue la cuidadosa omisión de los platos fuertes. En ninguna de las fotos oficiales aparece carne de res, cerdo o pollo, los productos más escasos y deseados en la isla. Esta «astucia» del régimen para evitar una polémica aún mayor no hizo más que subrayar el cinismo de la publicación. No mostraron la carne, pero sí exhibieron sin pudor un nivel de vida y acceso a los alimentos que la mayoría de la población ni siquiera puede soñar.

El Eco de la Indignación: «Barriga Llena, Conciencia Vacía»
La publicación de PALCO, que pretendía ser un homenaje a sus trabajadores bajo el lema «Compromiso, entrega y profesionalismo», se convirtió en un catalizador de la rabia popular. El montaje de las mesas, digno de un banquete, fue la gota que colmó el vaso para muchos.

Como sentenció el periodista Mario J. Pentón al comentar las imágenes, estas son la prueba gráfica de la lealtad de la élite política: «Barriga llena, conciencia vacía».
Un Contraste Ofensivo en Medio de la Crisis
Este escándalo gastronómico no es un hecho aislado. Ocurrió justo después de la polémica protagonizada por la entonces ministra de Trabajo, Marta Elena Feitó, quien negó en el Parlamento la existencia de mendigos en Cuba. Sus palabras, aplaudidas por esos mismos diputados, provocaron tal indignación ciudadana que la funcionaria tuvo que renunciar 24 horas después.

El Palacio de las Convenciones se revela así como un oasis para la élite, una burbuja donde la crisis alimentaria que castiga a 11 millones de cubanos no parece existir. Mientras los diputados disfrutan de una dieta balanceada, el pueblo sigue en las colas, dependiendo de las remesas y con salarios que no alcanzan ni para lo más básico.