En una calculada jugada mediática, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha lanzado una contraofensiva para desmentir las graves acusaciones de maltrato en sus prisiones. El mandatario publicó un video inédito de Kilmar Ábrego García, el primer exrecluso en ofrecer un testimonio público sobre su estadía en la temida megacárcel CECOT. Mientras la denuncia de Ábrego en una corte de EE.UU. detalla golpizas y tormentos, el video de Bukele busca proyectar una imagen de bienestar. Sin embargo, esta guerra de imágenes deja una pregunta en el aire: ¿dónde está la evidencia que realmente desmienta las denuncias de tortura en CECOT?
El enfrentamiento pone cara a cara la poderosa maquinaria de propaganda del gobierno salvadoreño contra el crudo relato de un hombre que asegura haber vivido un infierno, un caso que ahora escala en la justicia y la opinión pública internacional.
La Contraofensiva de Bukele: Un Video de Bienestar Carcelario
A través de su cuenta de X, Bukele presentó un video de casi tres minutos y medio que muestra a Ábrego García en diversas actividades. Se le ve durmiendo en una cama con sábanas, recibiendo un plato de comida, sometiéndose a chequeos de salud y participando en programas de rehabilitación, como la cría de peces y actividades con aves. Incluso aparece jugando al fútbol con otros reclusos.
«Aparentemente, cualquier afirmación de un criminal es aceptada como cierta por los grandes medios», sentenció Bukele. «¿Si lo torturaron, lo privaron de sueño y lo dejaron morir de hambre, por qué se ve tan bien en todas las fotos? ¿Por qué engordó?», cuestionó el mandatario, defendiendo la integridad de su sistema penitenciario.
Análisis: La Evidencia Ausente y el Engaño de la Propaganda
Aquí es donde la narrativa oficial se resquebraja. Las denuncias de Ábrego García se centran específica y exclusivamente en el trato recibido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la prisión de máxima seguridad para pandilleros. Sin embargo, las imágenes del video de Bukele, grabadas supuestamente entre abril y mayo de 2025, no corresponden a las instalaciones conocidas del CECOT. Según funcionarios y el sitio de fact-checking Infodemia, Ábrego fue trasladado posteriormente al penal de Santa Ana, una prisión para delitos comunes. El video parece mostrar únicamente su estadía en este segundo centro, omitiendo convenientemente cualquier prueba de su tiempo en la megacárcel donde ocurrieron los presuntos abusos.
Esta omisión es la clave de la estrategia de Bukele: responder a una acusación sobre el CECOT con imágenes de otro lugar. Es una táctica de desinformación que busca confundir a la opinión pública, utilizando imágenes positivas para desacreditar un testimonio sin refutar directamente el núcleo de la denuncia. El video no prueba que no hubo tortura en CECOT; solo prueba que Ábrego jugó fútbol en otra cárcel, semanas después.
El video con el que el presidente Bukele intenta desmentir la denuncia de torturas de Kilmar Ábrego no fue grabado en el Cecot, sino en el penal de Santa Ana. https://t.co/fQc9g23g3B
— Infodemia (@infodemiasv) July 18, 2025
La Voz de la Víctima: Un Relato Detallado de Tortura en CECOT
El testimonio de Ábrego, presentado por sus abogados, pinta un cuadro radicalmente diferente. Al llegar a CECOT el 15 de marzo, junto a otros 200 deportados, un funcionario les dio una bienvenida escalofriante: «Bienvenidos a Cecot. Quien entra aquí no sale».
El documento legal detalla los siguientes abusos:
- Golpizas brutales: Fue obligado a desnudarse, pateado con botas y golpeado en la cabeza y brazos con palos de madera.
- Tortura posicional: Él y otros 20 hombres fueron forzados a arrodillarse desde las 9 p.m. hasta las 6 a.m., y los guardias golpeaban a quien se caía por agotamiento.
- Privación sensorial y del sueño: Fue confinado en una celda abarrotada, sin ventanas, con luces brillantes encendidas 24/7 y sin colchón.
- Humillación: Se le negó el acceso al baño durante la tortura posicional, obligándolo a ensuciarse.
Como resultado de este trato, sus abogados afirman que perdió 14 kilos en solo dos semanas. Este relato coincide con denuncias de organizaciones de derechos humanos sobre cientos de muertes y torturas bajo el régimen de excepción.
El Régimen de Excepción: ¿Seguridad a Qué Costo?
Este caso se enmarca en la «guerra contra las pandillas» de Bukele, amparada en un régimen de excepción que ha sido prorrogado 40 veces. Bajo este régimen, se han suspendido garantías constitucionales, permitiendo más de 87,000 detenciones. Aunque el gobierno celebra una drástica reducción de homicidios, organizaciones de DD.HH. denuncian que hasta 25,000 inocentes podrían estar encarcelados y que cientos han muerto bajo custodia.
Ábrego García, quien tenía estatus legal en EE.UU. y fue deportado por un «error administrativo», ahora enfrenta cargos de tráfico de personas en Tennessee. Su caso es una ventana a un sistema que, en su búsqueda de seguridad, podría estar cometiendo injusticias atroces. La batalla entre el video de Bukele y el testimonio de Ábrego es, en esencia, la batalla por el alma de El Salvador.
They claim he was tortured, yet he has gained weight and seems to be in good health. How can that be?
— Nayib Bukele (@nayibbukele) July 18, 2025
Well, let the images speak for themselves 👇 pic.twitter.com/BiN5W3e34k