James Gosnell, magistrado de 68 años, enfrenta cargos por producción y posesión de material de abuso infantil. Las investigaciones revelan que viajaba a México para agredir a menores y planeaba atacar a su propio sobrino en Florida.
La comunidad judicial estadounidense se encuentra consternada tras el arresto de James Gosnell, un juez de 68 años acusado de graves delitos contra menores, incluyendo la producción y posesión de material de abuso infantil, en un caso que ha revelado una red de depravación que traspasa fronteras.

El magistrado fue detenido el 16 de septiembre por autoridades federales, después de que investigadores rastrearan pagos realizados a través de PayPal a un conocido distribuidor del Reino Unido especializado en videos ilícitos de menores. Durante un allanamiento efectuado al día siguiente en su residencia, las autoridades incautaron 13 memorias USB que contenían cientos de imágenes y videos comprometedores.
Las investigaciones han revelado que Gosnell no se limitaba a adquirir material ilegal, sino que también producía contenido propio. En su teléfono móvil se descubrieron conversaciones mantenidas a través de Telegram con una pareja sentimental residente en Florida, donde el juez relataba abusos ya cometidos y elaboraba planes para nuevas agresiones.
Entre sus confesiones más perturbadoras, Gosnell habría detallado viajes a México durante los cuales pagó a una mujer en situación de vulnerabilidad para abusar de sus dos hijos, de apenas 2 y 5 años de edad. Además, según las pruebas recopiladas, el magistrado planeaba viajar a Florida con la intención de atacar al bebé sobrino de su pareja sentimental.
El juez se encuentra actualmente bajo custodia y las autoridades han confirmado que no tendrá derecho a fianza debido a la gravedad y magnitud de los cargos en su contra. La situación ha generado indignación en toda la sociedad, reavivando el debate sobre la necesidad de extremar las medidas de protección a los menores y de no confiar ciegamente en figuras de autoridad, independientemente de su posición social o profesional.
Las investigaciones continúan desarrollándose activamente, y las autoridades no descartan que puedan identificarse más víctimas relacionadas con este caso que ha conmocionado a la comunidad legal y al público en general, demostrando que los depredadores infantiles pueden esconderse detrás de las togas más respetables.













