La Tribuna Antiimperialista José Martí, un espacio cargado de simbolismo ideológico en La Habana, construido frente a la Embajada de Estados Unidos como estandarte del discurso oficial durante la llamada «Batalla de Ideas», ha iniciado una nueva etapa: ahora se alquila para eventos comerciales y sociales. Este cambio evidencia una notable contradicción entre la narrativa histórica del régimen cubano y sus actuales prácticas económicas.
Según un anuncio publicitario calificado como «contenido patrocinado» en el portal oficialista Cubadebate, este icónico recinto habanero ofrece sus áreas, tanto techadas como al aire libre, en arrendamiento. Pueden alquilarlo personas naturales y jurídicas para la realización de actividades culturales, políticas, educativas, deportivas y «similares», marcando un giro pragmático en la gestión del patrimonio cubano.

¿Cuánto cuesta alquilar la Tribuna Antiimperialista? Precios detallados
Los precios para utilizar este emblemático espacio varían según el área y el horario. El alquiler de los espacios exteriores en horario nocturno, con capacidad para hasta 120 personas, alcanza los 28,000.00 CUP diarios.
Para eventos bajo techo, se ofrecen varias opciones. Un salón climatizado principal, apto para reuniones y actividades con capacidad para 100 personas, tiene un costo de 13,741.29 CUP por día. Adicionalmente, existen dos salones de protocolo climatizados: uno para 50 personas y otro más íntimo para 20 asistentes, ambos con una tarifa diaria de 15,543.00 CUP.
La oferta comercial se extiende también al alquiler de oficinas dentro del edificio socio-administrativo del complejo. El precio mensual se ha fijado en 340.00 CUP por metro cuadrado. A modo de ejemplo, una oficina de 6×6 metros (36 m²) costaría 12,240.00 CUP mensuales, mientras que una de 3×3 metros (9 m²) tendría un precio de 3,060.00 CUP al mes.
Del discurso ideológico al negocio: El giro en la política patrimonial cubana
El anuncio justifica esta nueva faceta comercial de la Tribuna Antiimperialista como una adaptación a las «actualizaciones normativas de la política económica en el actual 2025». Se presenta como una forma de «sostener el legado de sus principios fundacionales», aunque en la práctica transforma un bastión ideológico en un local rentable.
El lugar que fue escenario de masivas concentraciones populares, encendidos discursos contra el «imperialismo» y conciertos de reafirmación política, ahora acogerá presentaciones privadas, talleres empresariales o fiestas institucionales, reflejando las cambiantes prioridades económicas en la isla.

Historia y transformaciones de un símbolo habanero
La construcción de la Tribuna Antiimperialista fue una iniciativa de Fidel Castro, impulsada en el contexto de la campaña por el retorno del niño balsero Elián González y la «Batalla de Ideas». Su edificación comenzó el 15 de enero de 2000 y se completó en un tiempo récord de 80 días de trabajo ininterrumpido, con la participación de casi 2,000 trabajadores. Su ubicación estratégica, frente a la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos (USINT), no fue casual.
Durante años, fue el epicentro de marchas y actos de protesta contra las políticas estadounidenses. Sin embargo, el paso del tiempo y el salitre marino hicieron mella en su estructura. En 2019, el sitio fue sometido a una importante remodelación.
Esta reestructuración implicó la demolición de elementos dañados, como las astas de bandera del llamado «Monte de las Banderas», que originalmente buscaban ocultar mensajes pro-derechos humanos en pantallas de la USINT. También se desmontaron los característicos arcos metálicos, corroídos por el óxido, que simbolizaban la «unidad del pueblo». Se añadió una monumental estructura de hormigón con el diseño de la bandera cubana, que generó controversia y fue apodada por algunos como «la guillotina» en redes sociales.
Un espacio renovado: Características actuales
Según declaraciones de funcionarios en 2019, la reforma buscaba modernizar las instalaciones. Se construyeron áreas para camerinos, salones de reuniones y otras facilidades a los laterales, sobre una base elevada para protegerlas de inundaciones. También se contempló un área de parqueo.
En aquel momento, Orestes Llanes Mestres, entonces vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, aseguró que la Tribuna «en ningún momento se convertirá en otra cosa que para lo que fue concebida: una plaza por excelencia para la lucha contra el imperialismo». No obstante, la realidad actual, con su apertura al alquiler comercial, parece indicar una dirección diferente para este histórico espacio de La Habana.
Un comentario
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