Milo Sedarat, de 19 años, expresó en chats su deseo de ejecutar judíos y decapitar víctimas, según documentos judiciales de una red terrorista vinculada a ISIS

Un adolescente de un suburbio adinerado de Nueva Jersey fue acusado de promover un odio antisemita extremo y de conspirar para cometer actos terroristas, según documentos judiciales revelados este jueves que detallan una red vinculada a ISIS desarticulada por el FBI y la NYPD.


Milo Sedarat, de 19 años, hijo de una artista y un poeta iraní-estadounidense, se jactaba en línea de ser «el mayor antisemita de América» y expresaba su deseo de ejecutar masivamente a judíos, incluidos amigos de su propia madre, según la denuncia presentada por la Fiscalía de Nueva Jersey.


En conversaciones por mensajes directos, Sedarat y otro cómplice intercambiaron diatribas violentas. «No puedo esperar al día en que pueda ejecutar a 10 yahood», escribió Sedarat, usando un término árabe despectivo para referirse a los judíos, agregando sueños sádicos de decapitaciones y de tomar mujeres como esclavas.

También fue arrestado Tomas Kaan Jimenez-Guzel, de 19 años, excompañero de Sedarat en la escuela secundaria de Montclair, cuyo objetivo —según los fiscales— era realizar un ataque estilo «Atentado de Boston» para ganar notoriedad y ser recordado como «una de las 100 personas más malvadas del mundo». Jimenez-Guzel fue detenido en el aeropuerto de Newark cuando intentaba viajar a Turquía con planes de unirse a ISIS.
La investigación, que ya ha resultado en cinco arrestos en varios estados, reveló que los acusados compraron armas y planearon ataques contra discotecas LGBT y manifestaciones proisraelíes.


Sedarat, quien posaba con espadas samuráis y cuchillos en su casa de 1,2 millones de dólares, llegó a amenazar con apuñalar a amigos judíos de su madre, afirmando que «merecen morir». En una ocasión, se quejó de que su madre le había escondido una de sus espadas.
Líderes religiosos de Montclair, una comunidad conocida por su diversidad y tolerancia, expresaron conmoción ante estos hechos. «Es aterrador que este odio haya penetrado en nuestro entorno liberal y suburbano», declaró el rabino Yaacov Leaf.
La fiscal federal Alina Habba afirmó que el caso demuestra que la radicalización «puede ocurrir en cualquier lugar», incluso en ciudades prósperas, y aseguró que su oficina «agotará todas las pistas para perseguir a sospechosos de terrorismo».














