La crisis energética en Cuba ha alcanzado un punto crítico, convirtiéndose en una constante que define el día a día de millones de ciudadanos. Este viernes, 29 de agosto, el país se enfrentó nuevamente a un panorama de interrupciones eléctricas generalizadas, con un déficit de generación que supera los 900 MW en horas de la mañana y que se proyecta en más de 1,600 MW para el pico nocturno. La persistente vulnerabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), marcada por averías en sus principales termoeléctricas y una aguda escasez de combustible, sumerge a la nación en un ciclo de apagones en Cuba sin perspectivas inmediatas de mejora.

Contexto Histórico: Los Cimientos de una Crisis Crónica
Para comprender la magnitud de la actual crisis eléctrica en Cuba, es esencial remontarse a sus raíces históricas. El Sistema Eléctrico Nacional se construyó en gran parte durante el período soviético, con tecnología que hoy se considera obsoleta y altamente dependiente de combustibles fósiles. La infraestructura, que incluye termoeléctricas como la Antonio Guiteras, Renté o Felton, ha sufrido un mantenimiento deficiente y una falta crónica de inversión durante décadas.
Desde el «Período Especial» en la década de 1990, Cuba ha luchado con la estabilidad energética. La caída de la Unión Soviética cortó el flujo de petróleo subsidiado, obligando al país a buscar soluciones paliativas. Los «motores de generación distribuida» instalados en los años 2000, si bien proporcionaron cierta descentralización, también son grandes consumidores de combustible y requieren constante mantenimiento, añadiendo otra capa de vulnerabilidad al sistema.
«La dependencia de una infraestructura envejecida y la escasez de recursos para modernizarla han creado un círculo vicioso del que es extremadamente difícil escapar,» afirma un análisis reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la dependencia energética en la región.
El Informe de la UNE: Números que Reflejan la Realidad
La Unión Eléctrica (UNE), entidad estatal encargada del sector, publicó su informe diario, confirmando una vez más que el jueves el país estuvo en apagones durante las 24 horas y que la madrugada del viernes no fue diferente. Según la nota informativa de la UNE, la máxima afectación del jueves alcanzó los 1,719 MW a las 8:40 pm, un número ligeramente inferior al previsto, pero devastador para la población.
Para las 6:00 am de este viernes, la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional era de apenas 2,120 MW, mientras que la demanda ascendía a 3,006 MW. Esto generaba un déficit inmediato de 927 MW. La previsión para el mediodía no era más alentadora, estimando una afectación de alrededor de 900 MW.
Estado de las Termoeléctricas y Generación Distribuida
Las principales causas de esta insuficiencia de generación radican en el estado crítico de las termoeléctricas y la falta de insumos esenciales:
- Averías: Dos unidades termoeléctricas, una en la Renté y otra en la Felton, se encuentran fuera de servicio debido a averías recurrentes.
- Mantenimientos: Otras dos unidades, en Santa Cruz y en la Carlos Manuel de Céspedes (Cienfuegos), están en procesos de mantenimiento programado que a menudo se prolongan más de lo previsto.
- Limitaciones Térmicas: Un total de 518 MW están indisponibles por limitaciones térmicas, reflejo de la precaria salud de las instalaciones.
- Escasez de Combustible: 39 centrales de generación distribuida están paralizadas por la falta de combustible, lo que representa una pérdida de 196 MW. Adicionalmente, 225 MW están inactivos por falta de lubricantes, sumando un total de 421 MW fuera de servicio por problemas logísticos.
Estos datos, reportados por la UNE, son una fotografía sombría de un sistema al borde del colapso, donde la cadena de fallos técnicos y logísticos es implacable.

El Impacto en la Población y la Economía Cubana
Los apagones en Cuba no son meros cortes de electricidad; son un catalizador de profundas dificultades económicas y sociales. Para las familias, implican la pérdida de alimentos en refrigeradores, la imposibilidad de cocinar, estudiar o trabajar desde casa. El calor sofocante, especialmente en los meses de verano, se vuelve insoportable sin ventiladores o aire acondicionado. Esto genera un desgaste psicológico considerable, afectando la calidad de vida y el bienestar mental.
A nivel económico, el impacto es devastador. Pequeños negocios como restaurantes, peluquerías o talleres sufren pérdidas incalculables. La producción de bienes, desde alimentos hasta manufacturas, se ve directamente afectada, exacerbando la escasez generalizada en el país. El turismo, una de las pocas fuentes de divisa, también se resiente, ya que los cortes eléctricos empañan la experiencia de los visitantes y la reputación de la isla como destino.
Como ha señalado un experto en desarrollo del Caribe, «la crisis energética de Cuba no es solo un problema técnico; es un reflejo de una economía ineficiente y una infraestructura que ha sido desatendida por demasiado tiempo. Las consecuencias se sienten en cada hogar y en cada sector productivo.»
La Habitación tampoco escapa: Realidad en la Capital
Ni siquiera la capital, La Habana, se libra de esta cruda realidad. La Empresa Eléctrica de La Habana confirmó en su página de Facebook que las interrupciones del servicio comenzaron el jueves a las 9:22 pm, alcanzando una afectación máxima de 57 MW a las 10:00 pm. Aunque el servicio se restableció por completo a las 11:14 pm, se advirtió que los planes de cortes para bloques específicos no se ejecutaron en su totalidad y que la situación en la capital «dependerá siempre de las exigencias del SEN», lo que significa que la fragilidad del sistema nacional dictamina el día y la noche de los habaneros.

Energías Renovables: Un Alivio Insuficiente Ante el Colapso
En medio de este panorama desalentador, la UNE ha intentado destacar la contribución de los 26 nuevos parques solares fotovoltaicos. Estos generaron 2,366 MWh y alcanzaron una potencia máxima de 557 MW al mediodía. Si bien este esfuerzo es positivo y marca un paso hacia la diversificación energética, su aporte es insuficiente para contrarrestar el déficit masivo causado por el colapso de las plantas termoeléctricas y la falta de combustibles.
Expertos en energía renovable señalan que, aunque Cuba tiene un vasto potencial solar, la inversión necesaria para una transición energética significativa es colosal. «La integración a gran escala de fuentes renovables requiere no solo la instalación de paneles o turbinas, sino también una modernización completa de la red de distribución y sistemas de almacenamiento de energía, algo que excede las capacidades económicas actuales del país,» comenta un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA) sobre desafíos energéticos en islas.
Pronóstico del Horario Pico y Perspectivas Futuras
Las proyecciones para el horario pico nocturno son aún más críticas. La UNE estima que la incorporación de 50 MW provenientes de motores de generación distribuida (actualmente detenidos por falta de combustible) elevará la disponibilidad a 2,215 MW. No obstante, la demanda máxima podría alcanzar los 3,750 MW, lo que resultaría en un déficit de 1,565 MW y afectaciones que se extenderían hasta los 1,635 MW. Esto significa que una porción considerable del país quedará en total oscuridad durante varias horas consecutivas, una escena que se repite con dolorosa regularidad.
Con más de una década de experiencia en el análisis de la infraestructura energética y las políticas públicas en el Caribe, este periodista ha seguido de cerca la evolución de la crisis eléctrica en Cuba y concluye que, sin una inyección masiva de capital y una reestructuración profunda de la gestión energética, la situación de los apagones en Cuba no solo persistirá, sino que podría agravarse. La constante fuga de talento y la falta de acceso a piezas de repuesto y tecnología moderna son obstáculos que van más allá de las soluciones temporales.
Conclusión: Un «Apagón Eterno» y la Resiliencia de un Pueblo
La combinación letal de infraestructuras vetustas, mantenimientos prolongados, limitaciones técnicas, y la escasez crónica de combustibles y lubricantes, ha transformado los apagones en Cuba de un problema ocasional a una característica intrínseca de la vida cotidiana. Las promesas de «mejoras coyunturales» por parte de las autoridades se disuelven ante la cruda realidad de un déficit estructural que parece irresoluble a corto y mediano plazo.
Mientras la UNE y el gobierno continúan con las estrategias de «recuperación» y «optimización», la población cubana se ve forzada a desarrollar una resiliencia inquebrantable, adaptándose a un estilo de vida marcado por la oscuridad, la incertidumbre y la lucha diaria por sobrevivir en condiciones cada vez más adversas. La esperanza de un futuro energético estable se desvanece con cada corte, dejando a los cubanos atrapados en lo que, para muchos, ya es un «apagón eterno».
Preguntas Frecuentes sobre la Crisis Eléctrica en Cuba
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¿Cuál es la causa principal de los apagones en Cuba?
La causa principal es un déficit crónico de capacidad de generación eléctrica. Esto se debe a una combinación de factores, incluyendo la antigüedad y el deterioro de las termoeléctricas (con frecuentes averías y mantenimientos prolongados), la escasez de combustible para las unidades de generación distribuida y la falta de inversión en la modernización de la infraestructura. El sistema no puede satisfacer la demanda nacional, resultando en cortes constantes.
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¿Cómo afecta la falta de combustible a la crisis eléctrica en Cuba?
La falta de combustible es un factor crítico que agrava severamente los apagones en Cuba. Numerosas centrales de generación distribuida, que deberían complementar la producción de las termoeléctricas, permanecen paralizadas o con muy baja operatividad debido a la imposibilidad de acceder a diésel y otros lubricantes esenciales. Esto reduce drásticamente la capacidad de generación disponible, aumentando el déficit y la duración de los cortes.
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¿Qué papel juegan las energías renovables en la situación energética de Cuba?
Las energías renovables, como los parques solares fotovoltaicos, ofrecen un alivio parcial pero aún insuficiente. A pesar de los esfuerzos por instalar nuevas capacidades (como los 26 parques solares que aportan una media de 557 MW al mediodía), su contribución es marginal frente a la enorme demanda nacional y los miles de megavatios de déficit. La transición completa a renovables requiere una inversión masiva en infraestructura y tecnología que Cuba actualmente no puede afrontar.
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¿Qué medidas ha tomado el gobierno cubano para enfrentar la crisis energética?
El gobierno cubano ha implementado medidas principalmente paliativas y de emergencia. Estas incluyen la realización de mantenimientos y reparaciones constantes en las termoeléctricas, la exhortación a la población para racionalizar el consumo, y la búsqueda de nuevas unidades de generación (muchas de ellas temporales o arrendadas). Sin embargo, se ha criticado la falta de soluciones estructurales a largo plazo, la transparencia en la información y la inversión sustancial en la modernización y diversificación energética.