La diplomática cubana Johana Tablada de la Torre, recién nombrada embajadora, ha vuelto a ser el epicentro de un tenso debate entre La Habana y Washington, luego de que sus declaraciones sobre la capacidad de Cuba para comprar pollo a Estados Unidos fueran interpretadas por el Departamento de Estado como una admisión de la inexistencia del Bloqueo a Cuba. Este incidente no solo expone las complejidades de las Relaciones Cuba – Estados Unidos, sino que también subraya la profunda crisis de importación de alimentos en Cuba y la persistente batalla narrativa sobre el impacto del embargo.
Contexto Histórico del Bloqueo a Cuba y la Batalla Narrativa
El embargo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba, conocido por el gobierno cubano como «bloqueo», ha sido durante décadas el eje central de las tensiones bilaterales. Washington argumenta que las sanciones buscan presionar al régimen cubano para avanzar hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos, mientras que La Habana lo califica como una «guerra económica» diseñada para asfixiar su desarrollo y causar sufrimiento a la población. Dentro de este marco, la diplomacia cubana ha mantenido una postura firme, denunciando el impacto de estas medidas en todos los foros internacionales. La figura de Johana Tablada de la Torre, una diplomática con una notable trayectoria en el MINREX, se ha destacado por su papel activo en la defensa de esta narrativa, lo que le ha valido recientemente el nombramiento como embajadora.

Con una trayectoria consolidada en el análisis de las relaciones internacionales y la política cubana, ofrecemos una perspectiva profunda sobre este conflicto, examinando las declaraciones, las respuestas y las implicaciones económicas y políticas.
El Origen de la Controversia: Declaraciones sobre el Pollo y la Reacción de Washington
La chispa que encendió esta última polémica fue una entrevista en la que Johana Tablada afirmó que Cuba tiene la capacidad de «comprar todo el pollo que quiera» en Estados Unidos. Esta declaración, aunque matizada por la diplomática, fue rápidamente capitalizada por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. En un mensaje contundente en la red social X, la entidad estadounidense acusó a los funcionarios cubanos de «admitir abiertamente lo que siempre hemos sabido: no existe ningún bloqueo».

El mensaje del Departamento de Estado no solo señaló la contradicción en el discurso cubano, sino que también arremetió contra el régimen cubano, calificando a Tablada como «títere de la dictadura cubana» y responsabilizando al gobierno por la situación económica de la isla. Además, mencionó al primer ministro Manuel Marrero Cruz por sus planes de integrar a Cuba en la Unión Económica Euroasiática, lo que sugiere un endurecimiento de la postura estadounidense ante la política exterior cubana.
La Contrademanda de Johana Tablada: Manipulación y Aclaraciones
La respuesta de Johana Tablada no se hizo esperar. En una extensa publicación en Facebook, la diplomática acusó a Washington de «manipular sus declaraciones» y de orquestar una «narrativa engañosa» para justificar lo que ella describe como una «guerra económica» contra Cuba. «Ni yo, ni el Presidente ni ningún funcionario cubano ha dicho jamás que el bloqueo no existe. Esta publicación de un medio oficial de Estados Unidos miente otra vez y de una manera muy engañosa y torcida», enfatizó Tablada.
«Ni yo, ni el Presidente ni ningún funcionario cubano ha dicho jamás que el bloqueo no existe. Esta publicación de un medio oficial de Estados Unidos miente otra vez y de una manera muy engañosa y torcida.»
– Johana Tablada de la Torre, en respuesta al Departamento de Estado (Facebook)
Para respaldar su postura, Tablada compartió la entrevista completa que concedió al videopodcast oficialista Alma Plus. En ella, la diplomática aclaró que, si bien las leyes estadounidenses permiten la importación de alimentos en Cuba desde el país norteamericano, estas operaciones están sujetas a «condiciones onerosas» y estrictas regulaciones financieras que complejizan y encarecen significativamente el comercio.
En esencia, el argumento cubano es que la existencia de excepciones para la venta de alimentos no anula la existencia del bloqueo, sino que estas excepciones operan bajo un marco que sigue siendo restrictivo y perjudicial para la economía de la isla.
El Trasfondo Económico: Crisis de Desabastecimiento y Comercio de Pollo
La controversia adquiere una dimensión más crítica al enmarcarse en la severa crisis de desabastecimiento que padece la población cubana. El pollo, un alimento básico en la dieta de los cubanos, es uno de los productos más escasos y demandados, afectando directamente la seguridad alimentaria del país.
Según datos del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, las exportaciones de alimentos y productos agrícolas hacia la isla aumentaron un 16,6 % en el primer semestre de 2025, alcanzando los 243,3 millones de dólares. Solo en junio de 2025, las ventas superaron los 38,4 millones, con un 54 % de esas operaciones correspondiendo a la carne de pollo. Estas cifras, aunque muestran un flujo comercial constante, no se traducen en una disponibilidad adecuada para la población, lo que agrava la percepción de una gestión ineficaz del gobierno cubano.
La paradoja es evidente: a pesar de que Cuba importa grandes volúmenes de alimentos de su «enemigo» ideológico, la mesa de los cubanos sigue vacía. Este hecho alimenta la crítica de Washington, que insiste en que el problema no radica en el embargo a Cuba, sino en la ineficiencia del sistema económico y la centralización del control en empresas estatales y militares, como GAESA, que limitan las oportunidades para el sector privado y la sociedad civil.
Análisis de la Normativa Estadounidense y sus Restricciones
Es fundamental comprender el marco legal bajo el cual se realizan estas transacciones de alimentos. Las ventas de productos agrícolas y alimentarios de Estados Unidos a Cuba están autorizadas por dos leyes principales:
- La Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones (TSERA) de 2000.
- La Ley de Democracia Cubana (CDPA) de 1992.
Estas normativas establecen una condición crucial: las ventas deben realizarse en efectivo y por adelantado. Esto significa que Cuba no puede acceder a créditos o financiamiento de bancos estadounidenses, lo que añade una carga financiera considerable a sus operaciones. Además, la intrincada red de regulaciones y la designación de Cuba como patrocinador estatal del terrorismo (SSOT) complican aún más cualquier transacción financiera, incluso las autorizadas. Estas «condiciones onerosas», como las describe Tablada, son precisamente los elementos que, según La Habana, constituyen la esencia del bloqueo y limitan su capacidad para adquirir bienes de manera eficiente en el mercado global.
Choque Político y la Guerra Narrativa Continua
Este episodio es un claro ejemplo de la «guerra narrativa» que mantienen ambos países. Para el gobierno cubano, cada sanción, cada restricción financiera, es una prueba de la hostilidad estadounidense y una justificación para la escasez. Para Washington, la capacidad de Cuba para comprar alimentos, incluso bajo condiciones específicas, demuestra que el problema radica en las decisiones económicas internas y no en una imposibilidad absoluta de comerciar.
La diplomática Johana Tablada, con su rol estratégico en el MINREX, se encuentra en la primera línea de esta confrontación. Las críticas del senador Marco Rubio y del Departamento de Estado no solo buscan desacreditarla, sino también debilitar la narrativa cubana a nivel internacional. Por su parte, Tablada utiliza plataformas como Facebook para movilizar apoyo y denunciar lo que considera un «linchamiento mediático», intentando reafirmar la credibilidad de la posición cubana frente a la opinión pública.
Perspectivas Futuras y la Credibilidad Diplomática
La confrontación entre Johana Tablada y el Departamento de Estado es un recordatorio de la profunda polarización que define las relaciones bilaterales. Este tipo de incidentes no solo tienen repercusiones diplomáticas, sino que también impactan directamente la percepción pública y la credibilidad de ambas partes.
Mientras Cuba lucha por mitigar los efectos de una economía en declive y una escasez crónica, Estados Unidos continuará utilizando estos puntos de fricción para presionar por cambios políticos y económicos en la isla. La habilidad de cada gobierno para controlar la narrativa y presentar sus argumentos de manera convincente será clave en el desarrollo futuro de esta compleja relación. Sin una resolución de los problemas económicos de fondo y una reducción de la retórica confrontacional, la población cubana seguirá siendo la principal víctima de esta persistente «guerra de relatos».
Fuentes y Referencias Adicionales:
- CiberCuba: Diversos artículos sobre la situación económica en Cuba y las relaciones bilaterales, incluyendo noticias sobre las exportaciones de pollo de EE. UU. a Cuba y la importación de alimentos por valor de 200 millones de dólares.
- Departamento de Estado de EE. UU.: Comunicados y publicaciones oficiales de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.
- MINREX (Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba): Declaraciones y publicaciones de sus funcionarios.
- Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba: Informes anuales y datos sobre el comercio bilateral.