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Un grave accidente de tránsito sacudió este miércoles la concurrida Avenida Martí, en Santiago de Cuba, cuando un camión de gran porte -una rastra perteneciente a la Fábrica de Cemento- embistió y arrastró a una motocicleta con dos ocupantes.
La tragedia ocurrió justo tras el cambio de luz del semáforo ante la vista de decenas de testigos.
Según testimonios recogidos por el periodista Yosmany Mayeta, la motocicleta se hallaba detenida frente al semáforo, justo delante del camión.
Al parecer, la altura del vehículo pesado impidió que el chofer notara su presencia.
En cuestión de segundos, y sin advertencia, la rastra arrancó con la luz verde y pasó por encima de la moto, arrastrándola varios metros con los dos pasajeros debajo del chasis.
¿Chofer distraído?: Una negligencia con consecuencias
La versión de los testigos apunta a un elemento clave: el conductor del camión habría estado manipulando su teléfono celular al momento del incidente.
«El chofer seguía avanzando sin darse cuenta, mientras todos le gritaban, parecía estar distraído», declaró una persona que presenció el accidente desde el centro de la vía.
Solo la rápida reacción de los peatones logró detener la marcha del vehículo.
A gritos, lograron alertar al conductor, quien finalmente frenó.
Para entonces, la motocicleta yacía parcialmente destrozada, y sus ocupantes heridos aunque con vida, estaban debajo del pesado camión.
Milagrosamente, ambos ocupantes de la moto sobrevivieron al siniestro. No obstante, presentan lesiones considerables.
Uno de ellos sufrió quemaduras por fricción en amplias zonas del cuerpo, mientras que el otro requirió suturas profundas en una de sus piernas.
Denuncian maltrato institucional y posible encubrimiento
El accidente no solo provocó lesiones físicas. La familia del motorista afectado denunció un segundo atropello, esta vez institucional.
Según declararon, pese al estado de salud del lesionado, este fue retenido durante horas en la Estación Policial de Micro 9, obligado a declarar mientras aún tenía heridas abiertas y visibles signos de dolor.
«Lo tuvieron ahí sentado como si él fuera el culpable», reclamaron con indignación sus familiares a la citada fuente.
Según el reporte de Mayeta, la jefa de transporte de la Fábrica de Cemento -empresa estatal propietaria de la rastra- se presentó en la escena no para interesarse por las víctimas, sino para defender al conductor implicado.
Esta actitud generó aún más sospechas entre los testigos y familiares, quienes no dudan en calificar el proceder como un intento de encubrimiento.
“Mi papá es la víctima, no el culpable”
Con profunda impotencia, los familiares del motorista reiteraron su llamado a la justicia.
“Mi papá es la víctima, no el culpable. Tiene una pierna cosida, quemaduras por todo el cuerpo y aún así lo obligan a estar sentado declarando como si él hubiera hecho algo malo”, indicó el hijo de una de las víctimas.
La familia insiste en que no debe permitirse que los intereses de una empresa estatal interfieran en el esclarecimiento del hecho.
Temen que el caso sea manipulado para proteger al conductor de la rastra, mientras se vulneran los derechos de los lesionados.
Vecinos y testigos del accidente coinciden en un mismo reclamo: justicia. Piden que las autoridades realicen una investigación transparente, que se valoren los testimonios de quienes presenciaron el hecho, y que se garantice el respeto a los derechos de las víctimas, sin favoritismos ni presiones externas.














