Un emblemático edificio de La Habana, el Casino de Santa Fe, que en su época fue centro de lujo y contrabando, ha resurgido en las redes sociales. Influencers cubanos han documentado su actual estado de abandono, ofreciendo un vistazo a esta joya olvidada de la historia de la ciudad.
El Casino de Santa Fe, inaugurado a principios de la década de 1930, se destacó como un epicentro de la vida social de la élite habanera. Su ubicación estratégica, en una isleta artificial rodeada de manglares, ofrecía la discreción necesaria para prosperar en la era de la Ley Seca estadounidense, cuando el contrabando de bebidas era un negocio floreciente. La opulencia del lugar, con su fastuosa sala de juegos, paseos costeros y arquitectura de inspiración mudéjar, atraía a visitantes de alto perfil que llegaban por mar.
Tras el fin de la Ley Seca y una disminución en su popularidad, el casino cerró sus puertas en la década de 1930. A pesar de intentos posteriores de reconversión como balneario popular, el edificio cayó en el olvido, un destino común para muchas estructuras históricas en Cuba que no se alineaban con la narrativa oficial.
La reciente difusión de videos y fotografías por parte de influencers cubanos ha traído de vuelta el Casino de Santa Fe a la memoria colectiva. Estas imágenes revelan un paisaje de decadencia: ruinas cubiertas por la vegetación y el salitre, pero que aún dejan entrever la magnificencia de su pasado. El Casino de Santa Fe representa una parte significativa de la historia cubana, un testimonio de épocas de glamour, prohibición y actividad clandestina, cuya preservación hubiera enriquecido el patrimonio cultural de La Habana.