Un análisis periodístico de la agencia Reuters ha revelado cómo China apoya a Rusia de manera encubierta, convirtiéndose en un pilar fundamental para su maquinaria de guerra en Ucrania. La investigación expone una sofisticada red internacional diseñada para eludir las sanciones occidentales, permitiendo el envío de componentes críticos para la fabricación de drones de ataque rusos que están siendo utilizados masivamente contra objetivos ucranianos.
El núcleo de esta operación es el suministro de motores chinos que terminan en los drones de ataque Garpiya-A1, un arma clave para el Kremlin. Esto no es un simple intercambio comercial; es una estrategia deliberada que utiliza empresas fantasma y documentación falsa para mantener activa la producción militar rusa, desafiando directamente los esfuerzos de contención de Estados Unidos y Europa.
La Red de Suministro: Una Estrategia para Burlar Sanciones
La evidencia apunta a que el fabricante estatal ruso IEMZ Kupol, sancionado por la UE y EE.UU., es el receptor final de estos componentes. Para lograrlo, la trama se basa en tres pilares clave:
- Falsificación de Documentos: Los motores chinos, modelo L550E, son enviados bajo la etiqueta de «unidades de refrigeración industrial» para evitar levantar sospechas en las aduanas.
- Empresas Pantalla: La compañía Beijing Xichao International Technology and Trade actúa como proveedor principal, canalizando los envíos a través de dos empresas intermediarias rusas, SMP-138 y LIBSS, que figuran como los destinatarios formales.
- Rutas Aéreas Directas: El transporte se realiza a través de aerolíneas como Sichuan Airlines y China Southern Airlines, que mueven la mercancía desde Pekín hasta Moscú, completando una cadena de suministro que opera a plena vista pero bajo un disfraz comercial.
El Impacto en el Campo de Batalla y la Reacción Europea
El resultado de esta operación es alarmante. Gracias a este flujo constante de componentes, IEMZ Kupol ha logrado triplicar su producción, firmando un contrato con el Ministerio de Defensa ruso para fabricar más de 6.000 drones en 2025, un salto masivo desde las 2.000 unidades de 2024. Este arsenal creciente es el que permite a Rusia mantener su ofensiva, con un estimado de 500 drones de este tipo utilizados cada mes en la guerra en Ucrania.
Esta situación ha sido calificada por la Unión Europea como una «amenaza directa a la seguridad europea». La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ya ha trasladado personalmente su preocupación al gobierno chino, y se espera que Ursula von der Leyen presione directamente a Xi Jinping en su próxima reunión.
La Postura de China: Negación Oficial y Estrategia Geopolítica
Oficialmente, el Ministerio de Exteriores chino niega cualquier conocimiento de la trama y reitera que regula estrictamente la exportación de productos de doble uso. Sin embargo, el análisis geopolítico sugiere una calculada ambigüedad. Expertos como Meia Nouwens, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), señalan que el hecho de que China apoya a Rusia de forma indirecta sirve a sus intereses estratégicos.
Al mantener a Rusia como un actor bélico activo en Europa, Pekín logra que Estados Unidos mantenga su atención y recursos divididos, lo que reduce la presión sobre China en la región de Asia-Pacífico. Se trata de un juego de poder global donde los drones rusos, alimentados por motores chinos, son solo una pieza en un tablero mucho más grande.