En respuesta a las devastadoras inundaciones en Texas que han dejado una estela de muerte y destrucción, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este domingo una declaración de emergencia por desastre natural. La medida busca movilizar recursos federales para hacer frente a una catástrofe que ya ha cobrado la vida de 79 personas, una cifra que lamentablemente se espera que aumente.
El mandatario expresó su pesar por la situación que atraviesan los afectados, reconociendo la magnitud de la pérdida humana.
«Estas familias están sobrellevando una tragedia inimaginable, se han perdido muchas vidas y muchos más siguen desaparecidos».
La Respuesta Federal se Activa en la Zona Cero
La declaración presidencial permite la activación inmediata de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), según confirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. El objetivo es que FEMA coordine y apoye a las autoridades estatales y locales en las labores de rescate y recuperación. Desde el amanecer del viernes, equipos de emergencia y voluntarios trabajan sin descanso, recorriendo las zonas anegadas en busca de víctimas y removiendo escombros.
El Epicentro de la Tragedia: El Condado de Kerr
La furia de las aguas se ha centrado en el condado de Kerr, donde la crecida del Río Guadalupe ha sido implacable. El alguacil del condado, Larry Leitha Jr., informó que la mayoría de los fallecidos se han encontrado en su jurisdicción, ofreciendo un desgarrador balance:
- Total de fallecidos en Kerr: 68 personas.
- Víctimas infantiles: 28 niños se encuentran entre los fallecidos.
- Cuerpos sin identificar: La difícil tarea de identificación continúa, con 18 adultos y 10 niños aún sin nombre.
A estas víctimas se suman otras 11 muertes confirmadas en los condados de Burnet, Kendall, Williamson, Tom Green y Travis, elevando el total a 79.
Una Búsqueda Desesperada y un Pronóstico Sombrío
La angustia se intensifica con la búsqueda de 41 personas reportadas como desaparecidas, según la estimación del gobernador de Texas, Greg Abbott. Entre ellas se encuentran diez niñas y una monitora de un campamento cristiano que fueron sorprendidas por la súbita crecida del río en la madrugada del viernes. La situación podría empeorar, ya que el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha emitido una alerta de vigilancia por inundaciones, pronosticando más lluvias en la región.
El alguacil Leitha Jr. reconoció la dura realidad, admitiendo que la cifra de muertos probablemente seguirá subiendo.
«Vamos a continuar con las labores de búsqueda hasta encontrar a todo el mundo».
La catástrofe se desató después de que más de 30 centímetros de lluvia cayeran en solo 12 horas, elevando el Río Guadalupe a su segundo nivel más alto jamás registrado.