La arena política estadounidense es el escenario de un nuevo y sorprendente enfrentamiento. Las crecientes tensiones entre Trump y Musk han alcanzado un punto álgido después de que el presidente Donald Trump lanzara una dura ofensiva verbal contra el magnate tecnológico. El motivo de la disputa es el reciente anuncio de Elon Musk sobre su intención de crear un tercer partido político, el «America Party», una iniciativa que ha sido recibida con hostilidad desde el círculo del mandatario.
La respuesta de Trump no se hizo esperar, utilizando su plataforma Truth Social para calificar a Musk de ser un «tren descarrilado». Este calificativo refleja la profunda desaprobación del presidente hacia lo que considera un viraje político errático por parte de quien fuera uno de sus colaboradores en el sector privado.
«Un tren descarrilado»: El ataque frontal de Trump
En un mensaje contundente, Trump expresó su decepción con el empresario. “Me entristece ver a Elon Musk perder el rumbo por completo, esencialmente convirtiéndose en un TREN DESCARRILADO en las últimas cinco semanas”, escribió. La referencia temporal alude al periodo transcurrido desde que Musk abandonó su puesto en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un órgano consultivo de la Casa Blanca.
Trump llama “tren descarrilado” a Musk y critica su partido políticohttps://t.co/S1jIcmA7e2
— El Nacional (@ElNacionalWeb) July 6, 2025
El presidente no solo criticó la figura de Musk, sino que también auguró un fracaso rotundo para su proyecto político. Trump argumenta que la estructura política de Estados Unidos está históricamente consolidada en un sistema bipartidista, donde los esfuerzos de terceras vías han sido sistemáticamente infructuosos. “Incluso quiere empezar un tercer partido político, pese al hecho de que nunca han prosperado en Estados Unidos: el sistema parece no diseñado para ellos”, sentenció, calificando la iniciativa como una fuente de “caos y disrupción”.
El trasfondo económico de las tensiones entre Trump y Musk
Más allá de la estrategia política, el distanciamiento entre estas dos poderosas figuras parece tener raíces económicas. La relación se agrió notablemente tras la oposición pública de Musk a la reciente ley fiscal y presupuestaria impulsada por la administración Trump. El presidente ha sugerido que esta postura crítica responde directamente a intereses comerciales.
Según Trump, la nueva legislación elimina ciertos incentivos fiscales para los vehículos eléctricos, un pilar fundamental del modelo de negocio de Tesla, la compañía insignia de Musk. El mandatario aseguró que el empresario estaba al tanto de estos cambios con antelación, insinuando que su oposición es una represalia económica más que una diferencia ideológica.
La defensa de Musk: El «unipartido» y la deuda pública
Lejos de amilanarse, Elon Musk ha utilizado su propia plataforma, la red social X, para defender su proyecto y responder a las críticas. Acusó a Trump de actuar por «miedo» a perder votantes y desmintió los informes que aseguraban que el «America Party» ya estaba registrado formalmente ante la Comisión Electoral Federal (FEC), calificándolos de «falsos».
Tensión entre Trump y Musk por America Party
— Tabasco HOY (@TabascoHOY) July 6, 2025
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este sábado duras críticas contra el magnate Elon Musk, calificándolo de “tren descarrilado” tras el anuncio del empresario de crear un tercer partido político llamado America Party. pic.twitter.com/fEdFqJ4gqA
El núcleo de la propuesta de Musk es combatir lo que él denomina el «unipartido republicano/demócrata». A través de gráficos y publicaciones, el empresario argumenta que ambos partidos tradicionales son corresponsables del crecimiento descontrolado de la deuda federal estadounidense. Su objetivo, afirma, es ofrecer una alternativa real a los votantes descontentos que buscan soluciones sostenibles y fiscalmente responsables para el país. Este choque público no solo evidencia una fractura en el ala conservadora, sino que también plantea un duelo entre dos visiones y egos de gran magnitud que podría redefinir alianzas de cara al futuro político.