Durante una reciente presentación en la que interpretaba el icónico “Para vivir”, del venerado cantautor cubano Pablo Milanés, Eduardo Antonio alzó su voz no solo para cantar, sino también para confrontar las críticas que ha recibido por incluir este repertorio en sus espectáculos. El artista, conocido como «El Divo», defendió su derecho a versionar las canciones de Pablo Milanés, señalando lo que considera una doble moral en el panorama artístico cubano.
Doble Moral en la Interpretación de las Canciones de Pablo Milanés
Con guitarra en mano y ante su público, Eduardo Antonio expresó su perplejidad: “¿Quién no recuerda a Elena Burke cantando esta canción de quien la escribiera Pablo Milanés? Si aquí está su hija y canta esas canciones, ¿por qué cuando yo las canto es el problema?”. Esta reflexión apunta directamente a la supuesta inconsistencia en el trato hacia los artistas que rinden homenaje a la obra del trovador.
El intérprete se mostró firme ante lo que percibe como un doble estándar en la industria musical cubana. Eduardo Antonio recordó que a otros cantantes de renombre, como Beatriz Luengo (esposa de Yotuel) o Ania Linares, se les permite incluso grabar las **canciones de Pablo Milanés** sin que ello genere una controversia pública. Su postura es clara: no cederá ante las críticas y continuará homenajeando la música cubana a su manera, sin retractarse ni alterar su estilo.
«A mí de palito barquillero no me agarra nadie, son muchos años de carrera sabiendo lo que hago», sentenció, dejando clara su determinación de no dejarse influenciar por críticas y de continuar honrando la rica tradición musical cubana con su estilo único.
Conexión Emocional con la Música Cubana: El Legado de Milanés
Más allá del debate sobre la pertinencia de sus interpretaciones, Eduardo Antonio profundizó en la profunda conexión emocional que las **canciones de Pablo Milanés** representan para incontables cubanos, tanto dentro como fuera de la isla. Para «El Divo», estas melodías son más que simples composiciones; son parte del tejido cultural y sentimental que une a generaciones.
“El ser humano tiene que tener moral. No pueden de un día a otro borrar sus recuerdos, borrar la nostalgia, borrar una linda canción con la que creciste, porque cada quien lleva la procesión por dentro y cada uno de nosotros a su manera amamos a Cuba y extrañamos a Cuba, queremos ver a Cuba libre y cada quien lo siente a su manera”, expresó con una visible emoción. Sus palabras, cargadas de sentimiento y una defensa de la libertad de expresión cultural, resonaron con fuerza entre el público, provocando una ovación en una velada donde la música volvió a servir como un poderoso homenaje a Pablo Milanés y a la propia Cuba. Este episodio destaca cómo el arte sigue siendo un vehículo para la expresión de sentimientos profundos y la reafirmación de la identidad cubana, incluso en medio de controversias y críticas.