El régimen cubano ha intensificado una virulenta campaña de descrédito contra Mike Hammer, el actual jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Cuba. La ofensiva mediática se desató tras una conferencia de prensa ofrecida por el diplomático el pasado viernes en Miami, donde realizó contundentes declaraciones sobre la situación en la isla.
El periodista oficialista cubano Oliver Zamora, en una intervención en la televisión estatal, calificó a Hammer como un «verdugo con cara de amigo». Zamora acusó a los representantes estadounidenses de «ser victimarios, ser verdugos y a la vez, aparentar ser una mano amiga», con la supuesta intención de «burlarse de nuestro sufrimiento». Estas declaraciones forman parte de una estrategia coordinada para desacreditar al diplomático estadounidense.
Las Declaraciones de Hammer que Encendieron la Polémica
Al parecer, la declaración de Mike Hammer que más irritó al régimen de La Habana fue su afirmación sobre la percepción interna de la crisis. «Lo que he estado oyendo. Incluso de algunos de la maquinaria del estado, es que la revolución ha fracasado. No hay electricidad. No hay combustible. No hay alimentos. No hay medicamentos. Y esto, la gente lo sabe, es responsabilidad del régimen cubano. No tiene nada que ver con ninguna política de Estados Unidos», sentenció Hammer durante su conferencia.
La primera en reaccionar oficialmente fue Johana Tablada, encargada de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. En un artículo publicado en el portal oficialista Cubadebate, Tablada culpó directamente a Estados Unidos por la crisis que atraviesa la isla, eludiendo cualquier responsabilidad interna. Lis Cuesta, esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel, se sumó a la campaña de descrédito contra Mike Hammer compartiendo en sus redes sociales un fragmento del artículo de Tablada, donde se refería a Hammer como un «desvergonzado que da lástima» y añadía: «Asco de seres humanos con los que nos ha tocado lidiar».
La Respuesta de Hammer y los Cuestionamientos a sus Recorridos
Ante los ataques, Mike Hammer ha mantenido una postura firme, instando al régimen a escuchar a su propio pueblo. «Deberían escuchar a su propio pueblo. Que nos ve como amigos, que nos quieren contar sus historias. Que nos quieren contar sus frustraciones», recalcó el jefe de la misión diplomática estadounidense.
Los recorridos de Mike Hammer por diferentes localidades de la isla también han sido objeto de duros cuestionamientos por parte del oficialismo. Johana Tablada lo calificó de «injerencista», acusándolo de buscar un «cambio de régimen». Hammer, por su parte, se defendió de estas acusaciones: «¿No hay nada criminal en simplemente tener una conversación con alguien que está paseando por la calle y me reconozca? ¿A qué le tienen miedo?«, se cuestionó el diplomático.
Desde la televisión cubana, se intentó desacreditar estos encuentros, argumentando: «Y en esos recorridos en los que muestra cara de amigos, no ha tenido que explicarle a una madre, por qué su hijo, residente de Estados Unidos, no le puede mandar una ayuda a su madre, o por qué no puede viajar por el terror migratorio desatado por el gobierno de Donald Trump».
Omisión de Responsabilidad y Crisis Interna
El vocero del régimen cubano también criticó que, durante la conferencia de prensa, ninguno de los periodistas presentes «preguntó por las tantas navieras que Estados Unidos, el gobierno que él representa, ha sancionado por traer combustible a Cuba». Sin embargo, en su comentario, el funcionario omitió cualquier reconocimiento de la responsabilidad del estado cubano en la profunda crisis que vive el país, así como la evidente ausencia de un plan real y efectivo para solucionarla.
Esta campaña de descrédito contra Mike Hammer evidencia la sensibilidad del régimen cubano ante las críticas directas y la exposición de la grave situación interna, prefiriendo culpar a factores externos en lugar de asumir su propia gestión.