Una ciudadana cubana, identificada en la red social TikTok como @briana_matancera, ha sacudido las redes con una cruda denuncia sobre la alarmante situación de insalubridad que afecta a su comunidad en Matanzas. A través de un video grabado en plena vía pública, la joven muestra la realidad de las calles sucias en Matanzas, con acumulaciones de basura, fosas desbordadas y un contenedor de desechos colapsado peligrosamente cerca de una escuela.
En su testimonio visual, la joven explica con visible indignación cómo la acumulación de desperdicios ha alcanzado niveles críticos, sin que los Servicios Comunales hayan tomado medidas efectivas para solucionar el problema. «Así se miran las calles de Cuba en la actualidad, cada día más sucias, y los basureros desbordados, que da hasta pena”, lamenta @briana_matancera mientras recorre la zona afectada.
Iniciativa ciudadana ante la inacción y el riesgo sanitario
La situación descrita por la tiktoker no solo genera olores fétidos y la proliferación de vectores como moscas y mosquitos, sino que también representa un riesgo sanitario tangible, especialmente para los niños que asisten al centro educativo cercano al basurero desbordado. Ante la falta de respuesta por parte de las instituciones responsables, han sido los propios vecinos quienes, por iniciativa propia, se han organizado para limpiar el área.
Esta acción comunitaria surge de la conciencia sobre las graves implicaciones de enfermarse en un país con un sistema de salud deficiente, donde escasean los medicamentos y las condiciones hospitalarias a menudo no son las mínimas indispensables. “Los vecinos hicimos un trabajo para recoger toda esa basura que había a nuestro alrededor, ya que tenemos que preservar nuestra salud porque contra que en los hospitales no hay ni medicina no nos podemos dar el lujo de enfermarnos”, explica la joven en el video, reflejando la desesperación y la resiliencia de la comunidad.
Reacciones en redes y un problema generalizado en Cuba
La denuncia de @briana_matancera sobre las calles sucias en Matanzas ha provocado una oleada de reacciones en las redes sociales. Los comentarios reflejan una mezcla de preocupación, solidaridad con los afectados y duras críticas hacia la gestión del Gobierno cubano. «No puedo ver más estas cosas porque se me parte el alma pensar que allí hay seres humanos”, escribió una usuaria visiblemente afectada. Otros comentarios apuntaron a la falta de recursos, como camiones recolectores o combustible, como una posible causa del problema, aunque la mayoría de las opiniones responsabilizan directamente a la inacción estatal.
«Ni siquiera se dignan en prestarles un servicio que es su deber hacerlo. Lamentable situación”, comentó otra internauta, mientras algunos incluso cuestionaban la existencia de un sistema de gestión de residuos efectivo en la isla. Este testimonio se suma a una larga y creciente cadena de denuncias públicas sobre la crisis de la basura que afecta a diversas localidades de Cuba.
Recientemente, la locutora Laritza Camacho alertó sobre el impacto sanitario y ecológico de este problema, describiendo los vertederos improvisados como «lomas de basura» que se acumulan sin control, y propuso soluciones basadas en el emprendimiento y la participación ciudadana. En la propia provincia de Matanzas, una joven madre mostró en redes cómo las moscas y los mosquitos invaden las viviendas cercanas a un vertedero crónico. En Santiago de Cuba, el emblemático y antiguo Hotel Venus ha sido convertido en un basurero ante la falta de gestión estatal, en un claro ejemplo de abandono del patrimonio arquitectónico. Incluso en zonas céntricas de La Habana, como El Vedado, los residentes han denunciado la proliferación de focos insalubres cerca de instituciones de salud como el Instituto de Hematología e Inmunología, lo que ha generado plagas de roedores y una creciente preocupación por una posible crisis sanitaria de mayores proporciones.
La acumulación de desechos en zonas residenciales y céntricas, una situación que también fue alertada por vecinos del Vedado de cara a la temporada ciclónica, se ha convertido en una amenaza constante para la salud pública. Mientras tanto, son los ciudadanos quienes continúan asumiendo responsabilidades que no les corresponden para protegerse del deterioro urbano y del impacto directo sobre su salud y la de sus familias, en un claro reflejo de la crisis de servicios básicos que vive la isla.