Una controvertida medida, parte de un nuevo proyecto fiscal impulsado durante la Administración de Donald Trump, ha generado una inmensa polémica: la propuesta de imponer un impuesto especial del 5% sobre las remesas enviadas desde Estados Unidos hacia el extranjero. Esta iniciativa, respaldada por legisladores republicanos en la Cámara de Representantes, podría tener un impacto directo en la economía de millones de familias.
Según información difundida por la agencia Associated Press (AP), este impuesto a las remesas en EEUU afectaría a más de 40 millones de personas. Entre ellos se encontrarían residentes permanentes legales y titulares de diversas visas laborales, como las H-1B, H-2A y H-2B. Únicamente los ciudadanos y nacionales estadounidenses quedarían exentos de este gravamen.
Detalles de la Propuesta del Impuesto a las Remesas en EEUU
El texto de la propuesta legislativa es claro: “La provisión impone un impuesto especial del 5% sobre las transferencias de remesas, que será pagado por quien las envía”. Este plan se enmarca dentro de un conjunto más amplio de medidas consideradas restrictivas en materia migratoria y fiscal. Incluye también un memorando presidencial, que en su momento estaba en elaboración, con el objetivo de «acabar con las remesas» enviadas por personas en situación migratoria irregular.
La propuesta contempla una excepción para aquellos envíos realizados por ciudadanos estadounidenses a través de proveedores calificados. Estos proveedores deberían firmar acuerdos con el Departamento del Tesoro para verificar la identidad de los remitentes. Sin embargo, quienes no puedan acreditar su ciudadanía o nacionalidad, como los inmigrantes indocumentados que utilizan un Número de Identificación Fiscal (ITIN) en lugar de un Número de Seguro Social (SSN), no podrían deducir el gravamen ni recuperar el dinero del impuesto.
Una Ofensiva Fiscal Contra los Inmigrantes
Más allá del impuesto a las remesas en EEUU, la reforma tributaria en la que se enmarcaba esta propuesta contemplaba otras medidas que afectarían a la población inmigrante. Entre ellas, la eliminación del crédito fiscal por hijos para familias con estatus migratorio mixto, lo que impactaría a más de 4,5 millones de menores ciudadanos estadounidenses. También se limitaban beneficios fiscales vinculados al sistema de salud (conocido como Obamacare), rebajas por propinas, horas extra y el acceso al Medicare para quienes carecieran de un SSN.
“Se está buscando que los indocumentados no tengan escapatoria”, advirtió en su momento José Iván Rodríguez-Sánchez, investigador del Centro para Estados Unidos y México de la Universidad Rice. “Una de las maneras de hacerlo es a través del dinero, haciendo que llegue menos a sus hogares”, añadió.
Un Flujo Vital de Dinero Bajo Amenaza
El Banco Mundial estimó que en 2023 se enviaron 656.000 millones de dólares en remesas a países de origen a nivel global, una cifra comparable al Producto Interno Bruto (PIB) de Bélgica. México fue uno de los principales receptores, con un récord de 63.300 millones de dólares enviados ese año. Para naciones centroamericanas como Guatemala, El Salvador y Nicaragua, las remesas representaron entre el 19% y el 27% de su PIB, según un informe del BBVA.
Expertos Alertan sobre Efectos Contraproducentes del Impuesto
Desde diversos centros de análisis y la academia, la propuesta de un impuesto a las remesas en EEUU generó amplias preocupaciones. Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, consideró que la medida tendría un efecto contrario al deseado. “Cualquier medida para reducir las remesas tendrá un impacto negativo en el interés nacional de Estados Unidos”, afirmó. “Enviar menos tendría un impacto en los hogares receptores, limitando la capacidad de ahorro, y a su vez podría aumentar la intención de emigrar”, añadió.
¿Objetivo Fiscal Simbólico o Herramienta Política?
Desde una perspectiva puramente fiscal, el rendimiento económico de este impuesto sería limitado. Según el Comité Conjunto de Tributos, citado por el Instituto de Políticas Fiscal y Económica (ITEP), el nuevo gravamen solo generaría unos 22.000 millones de dólares en un periodo de diez años. Jon Whiten, subdirector del ITEP, sostuvo que el objetivo detrás de la medida era más político que recaudatorio. “Esta no es la única reforma fiscal que afectará a los inmigrantes. Es solo una parte de un ataque mayor, que es un tema central del proyecto de ley fiscal”, apuntó.
El Riesgo de Fomentar Rutas Paralelas e Inseguras
Los expertos también temen que, al reducir el acceso a los medios formales y regulados de envío de dinero, la medida podría fomentar la proliferación de canales informales y menos seguros. Esto, a su vez, podría favorecer el surgimiento de redes criminales. “Puede acabar con la calidad, la seguridad y la transparencia de las operaciones”, advirtió Rodríguez-Sánchez.
Según el texto original, la Cámara de Representantes tenía previsto someter a votación el proyecto en torno al fin de semana del Memorial Day (26 de mayo). Posteriormente, debería ser aprobado por el Senado —también con mayoría republicana en ese momento— antes de llegar a la firma del presidente Trump, un acto que se preveía para el 4 de julio como un gesto simbólico de poder y nacionalismo económico.