
La Habana.- Los prominentes opositores cubanos José Daniel Ferrer y Félix Navarro fueron arrestados nuevamente este 30 de abril de 2025, después de que el Tribunal Supremo Popular de Cuba revocara la libertad condicional que ambos disfrutaban desde enero de este año. La liberación inicial había sido parte de un acuerdo facilitado por el Vaticano bajo la anterior administración estadounidense.
Este suceso marca un nuevo episodio en la tensa relación entre el gobierno y los opositores cubanos, un colectivo que enfrenta vigilancia y restricciones constantes en la isla, y cuyas actividades son seguidas de cerca tanto a nivel nacional como internacional.
Revocación de Libertad Condicional y Justificación Oficial
El máximo órgano judicial cubano justificó la revocación alegando presuntas violaciones a las condiciones impuestas para su liberación. Según la declaración oficial del tribunal, Ferrer habría ignorado citaciones judiciales y manifestado públicamente en redes sociales su intención de no comparecer ante las autoridades, acto considerado como un «desafío» y una «violación flagrante de la ley». En el caso de Navarro, se afirmó que abandonó su municipio de residencia en múltiples ocasiones sin la debida autorización judicial, incumpliendo así también las normativas legales establecidas. El marco legal cubano permite la revocación de beneficios como la libertad condicional ante incumplimientos demostrados.
El Tribunal Supremo Popular señaló además los «vínculos públicos» que ambos opositores cubanos mantenían con el jefe de la misión diplomática estadounidense en La Habana, Mike Hammer. Esta rápida acción de las autoridades cubanas se produce en un contexto de endurecimiento de la política de Estados Unidos hacia Cuba bajo la administración del presidente Trump, que recientemente reincorporó a la isla a la lista de patrocinadores estatales del terrorismo, una medida que añade presión económica y diplomática sobre La Habana.
Figuras Clave de los Opositores Cubanos Bajo Escrutinio
José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), una de las organizaciones disidentes más visibles en el país, y Félix Navarro, cuentan con una extensa trayectoria de activismo político. Ambos opositores cubanos han sido reconocidos en el pasado como prisioneros de conciencia por Amnistía Internacional, lo que les otorga una notable visibilidad internacional. Su persistencia los ha convertido en referentes para muchos dentro y fuera de Cuba, simbolizando la lucha por mayores libertades civiles y políticas en un sistema de partido único. Su alto perfil y encarcelamientos previos los convierten en figuras simbólicas de la oposición interna en Cuba, y sus repetidos arrestos evidencian la continua tensión en torno a las libertades políticas en la isla.
Reacciones Internacionales y Contexto Político
La reacción internacional no se hizo esperar. El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una enérgica condena, exigiendo la «liberación inmediata» de Ferrer y Navarro, así como la de otros activistas prodemocráticos. La declaración estadounidense mencionó también informes sobre la presunta detención de la esposa e hijo de Ferrer, añadiendo un elemento de preocupación familiar a la situación política. Esta postura refleja el compromiso declarado de la actual administración estadounidense de presionar en materia de derechos humanos y democracia en Cuba, marcando un contraste con el enfoque de diálogo y acercamiento de la administración anterior. La firmeza de Washington subraya la polarización en las relaciones bilaterales y la atención internacional sobre el trato a los opositores cubanos. Organizaciones de derechos humanos también han expresado preocupación, señalando un posible retroceso en las garantías individuales y el espacio cívico en la isla.
UNPACU y la Persistencia de los Opositores Cubanos
UNPACU, fundada por Ferrer en 2011 tras su liberación como parte del Grupo de los 75 (presos de la Primavera Negra de 2003), promueve la oposición pacífica al gobierno cubano. La organización ha sido un blanco frecuente de la represión gubernamental, con detenciones arbitrarias y hostigamiento a sus miembros, reflejando los desafíos que enfrentan los opositores cubanos al intentar organizarse y expresar públicamente sus críticas. Sus actividades se centran en la documentación de violaciones de derechos humanos y la promoción de un cambio democrático por vías pacíficas, a menudo utilizando las redes sociales como plataforma de difusión ante el limitado acceso a medios tradicionales. La focalización en sus líderes y miembros subraya los esfuerzos gubernamentales por contener la disidencia organizada en el país.
El nuevo encarcelamiento de Ferrer y Navarro reabre un capítulo de confrontación entre el gobierno cubano y sus críticos internos, en un escenario influenciado por la política exterior estadounidense y la constante vigilancia de la comunidad internacional sobre la situación de los derechos humanos en Cuba. La situación genera incertidumbre sobre el futuro inmediato de otros activistas en la isla y sobre el espacio cívico en general. Observadores internacionales seguirán de cerca los procedimientos legales y las condiciones de detención de Ferrer y Navarro, cuyo destino inmediato permanece ahora en manos del sistema judicial cubano.