Millones de casos de dengue, hepatitis y virus desconocido colapsan el sistema de salud, mientras gobierno prioriza exportación de médicos
Mientras el Director Nacional de Epidemiología de Cuba, Dr. Francisco Durán, intenta minimizar la situación con frases como «la situación es algo compleja, pero se está manejando», la población cubana enfrenta una crisis sanitaria de proporciones históricas con un sistema de salud colapsado y múltiples epidemias simultáneas.
El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) se niega a reconocer la magnitud real de la emergencia: cada día fallecen cientos de personas en la isla a causa de un virus no identificado que se ha propagado rápidamente, especialmente en las provincias orientales afectadas por el huracán Melissa.
La crisis se ve agravada por millones de casos reportados de dengue, hepatitis, Oropouche y chikungunya, que saturan hospitales carentes de medicamentos esenciales y con insuficiente personal médico para atender la demanda.
Mientras la población sufre las consecuencias de esta emergencia sanitaria, el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz continúa firmando acuerdos en el Medio Oriente para exportar profesionales de la salud, en lugar de destinar todos los recursos disponibles para enfrentar la crítica situación interna.
Esta desconexión entre la realidad que vive el pueblo cubano y la respuesta oficial evidencia la profundidad de una crisis que afecta particularmente a las provincias orientales, donde la combinación de desastres naturales y el colapso del sistema sanitario ha creado una tormenta perfecta con consecuencias humanitarias devastadoras.













