Considerado uno de los vicepresidentes más influyentes de la historia, fue un arquitecto clave de la «Guerra contra el Terrorismo» y un crítico acérrimo de Donald Trump.
A los 84 años de edad, y como consecuencia de complicaciones derivadas de una neumonía y una enfermedad cardiovascular, falleció el pasado lunes el exvicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney. Así lo informó su familia este martes 4 de noviembre de 2025 mediante un comunicado. Los historiadores presidenciales lo sitúan como uno de los vicepresidentes más poderosos e influyentes en la historia del país.
El político republicano murió en compañía de su esposa e hijas. Cheney ya era una figura consolidada en Washington cuando el entonces gobernador de Texas, George W. Bush, lo seleccionó como su compañero de fórmula para las elecciones del año 2000. «Durante décadas, sirvió a nuestra nación como jefe de gabinete de la Casa Blanca, congresista por Wyoming, secretario de Defensa y vicepresidente de EE.UU.», detalló el comunicado familiar.
Durante su mandato como vicepresidente entre 2001 y 2009, Cheney abogó enérgicamente por una expansión del poder presidencial, el cual consideraba erosionado desde el escándalo de Watergate. Además, amplió significativamente las atribuciones de la vicepresidencia, conformando un equipo de seguridad nacional que funcionaba a menudo como un centro de poder autónomo dentro del gobierno.
Arquitecto de la Guerra contra el Terrorismo
Defensor a ultranza de la llamada «guuerra contra el terrorismo», su huella en la política exterior estadounidense es profunda. Como secretario de Defensa con George H. W. Bush, dirigió la intervención militar en el Golfo Pérsico en 1991. Posteriormente, como vicepresidente de Bush hijo, fue uno de los principales arquitectos de la respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Cheney defendió con firmeza la invasión de Irak en 2003 y fue una de las voces más prominentes que alertaban sobre el supuesto arsenal de armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, armas que nunca fueron halladas. También fue un defensor público de las polémicas técnicas de interrogatorio «reforzadas» aplicadas a sospechosos de terrorismo, que incluían el «submarino» (ahogamiento simulado) y la privación de sueño.
El político, que sufrió problemas cardíacos durante toda su vida y experimentó su primer infarto a los 37 años, consideraba a Donald Trump una amenaza para la nación. «En los 248 años de historia de nuestra nación, nunca ha habido un individuo que represente una mayor amenaza para la república que Donald Trump”, declaró en una ocasión. Su postura lo llevó a anunciar que en las elecciones de 2024 votaría por la demócrata Kamala Harris.
En el comunicado que anuncia su deceso, su familia lo describe como «un hombre bueno que enseñó a sus hijos y nietos a amar a su país y a vivir sus vidas con coraje, honor, amor y amabilidad».













