Decenas de personas, incluidos niños, fueron rescatadas tras dos días de angustia, evidenciando la falta de preparación y respuesta oportuna del Estado ante emergencias.
Casi 48 horas después de que el huracán Melissa azotara el oriente de Cuba, decenas de personas —entre ellas niños y familias completas— fueron finalmente rescatadas de los techos de sus viviendas inundadas en Río Cauto, Granma. Durante dos días, estas personas vivieron entre la incertidumbre y el miedo, con el agua subiendo a su alrededor y sin una presencia efectiva de las autoridades de rescate.






El hecho ha generado indignación, pues se cuestiona por qué no se movilizaron de inmediato los recursos aéreos y navales con los que cuenta la Defensa Civil. La tardía respuesta evidencia, una vez más, la pésima gestión de riesgos y la falta de previsión del gobierno cubano, que conocía los riesgos de inundación en la cuenca del Cauto pero no actuó a tiempo para evitar que la población quedara atrapada.
















