Iniciativas locales y remesas desde el exterior buscan aliviar la emergencia humanitaria, llenando el vacío dejado por la respuesta estatal.
Ante la lenta e insuficiente respuesta oficial a la catástrofe causada por el huracán Melissa, la solidaridad ciudadana y la diáspora cubana han emergido como un salvavidas para las provincias orientales. Desde dentro de la isla, habitantes de regiones menos afectadas han organizado redes de acopio para enviar alimentos no perecederos, agua, medicinas y artículos de higiene a Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma y Holguín. Paralelamente, cubanos en el exterior —desde Estados Unidos, España, México y otros países— han canalizado remesas y donaciones a través de familiares y grupos de voluntarios.
Artistas como el reguetonero Jarrulay y Belissa Cruz han utilizado sus plataformas para visibilizar la crisis y incentivar la ayuda. Aunque estos esfuerzos han logrado llevar alivio inmediato a algunas comunidades, los donativos son insuficientes para cubrir las necesidades a largo plazo. La ayuda ciudadana, however, evidencia la capacidad de organización del pueblo cubano y su determinación para llenar el vacío dejado por un Estado que, una vez más, ha demostrado ser incapaz de responder con eficacia a una emergencia de esta magnitud.














