La Cruz Roja China donó mil kits de emergencia y Venezuela envió 26 toneladas de insumos, en medio del escepticismo ciudadano sobre la transparencia en la gestión de la ayuda internacional.
Como un gesto de solidaridad internacional, la Cruz Roja China envió a Cuba mil kits familiares de emergencia para los damnificados del huracán Melissa en el oriente del país. El embajador chino en La Habana, Hua Xin, informó que los recursos, que contienen artículos básicos de higiene, abrigo y utensilios de primera necesidad, fueron preposicionados y están siendo distribuidos a través de la Cruz Roja Cubana. Paralelamente, Venezuela despachó 26 toneladas de ayuda, que incluyen alimentos e insumos médicos. La Cancillería cubana agradeció públicamente ambos gestos. No obstante, estos anuncios se producen en un contexto de creciente desconfianza ciudadana.
Mientras el gobierno promueve la cooperación de sus aliados políticos, muchos cubanos dentro y fuera de la isla recelan de la distribución estatal de la ayuda, recordando episodios pasados en que donaciones internacionales no llegaron a los destinatarios finales o fueron desviadas. Esta desconfianza se acentúa con el ofrecimiento de ayuda de Estados Unidos, que ha insistido en canalizarla «sin intermediarios del régimen», un debate que pone sobre la mesa la urgencia de mecanismos transparentes que garanticen que la asistencia llegue efectivamente a las miles de familias que permanecen en situación crítica.














