La Empresa Eléctrica provincial denuncia el hurto de materiales en zonas afectadas, un delito que ralentiza aún más el ya complejo restablecimiento del servicio.
La ya crítica situación del sistema eléctrico en el oriente de Cuba enfrenta un nuevo obstáculo: el robo de cables y materiales eléctricos. La Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba denunció a través de Facebook que, tras el paso del huracán Melissa, «personas inescrupulosas» están sustrayendo cables y otros elementos de las líneas eléctricas que han quedado expuestos o en el suelo debido a los daños. La empresa estatal advirtió que esta práctica «trae como consecuencia una mayor demora en el proceso de restablecimiento del servicio eléctrico», e hizo un llamado a la colaboración ciudadana.
Sin embargo, la publicación fue rápidamente inundada por comentarios críticos de la población, que en lugar de solidarizarse, exigieron mayor celeridad y eficacia en las labores de reparación. «Lo que tienen que hacer es acabar de comenzar las labores de recuperación», escribió un usuario. Este fenómeno delictivo no es nuevo, sino un reflejo de la profunda crisis económica, donde el mercado ilegal de metales como el cobre se convierte en un medio de supervivencia para algunos, aun cuando perjudica a la comunidad en su conjunto y retrasa la recuperación de un servicio vital del que millones permanecen privados.














