Ladrones disfrazados de trabajadores utilizaron motosierras para sustraer piezas de la corona francesa en una incursión de minutos frente a los visitantes
Las autoridades francesas investigan la posibilidad de que el espectacular robo en el Museo Louvre de París, donde se sustrajeron joyas de la corona francesa por un valor «incalculable», haya sido encargado por un coleccionista privado. «Estamos estudiando la hipótesis del crimen organizado», declaró la fiscal Laure Beccuau, sugiriendo que los ladrones podrían ser profesionales que actuaron por encargo.


La audaz incursión ocurrió cuando tres individuos enmascarados, vestidos como trabajadores de la construcción, utilizaron una grúa para acceder a una ventana del segundo pío y, con motosierras miniatura, rompieron las vitrinas de la Galería de Apolo frente a testigos.

Ocho de las nueve piezas seleccionadas fueron robadas; la corona de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, se cayó durante la huida. Se cree que solo esa pieza vale decenas de millones de euros. El museo, el más visitado del mundo, permaneció cerrado el lunes mientras una unidad policial especializada lleva la investigación.


















