La tensión diplomática entre Estados Unidos y Colombia alcanza su punto más crítico en años
El presidente estadounidense, Donald Trump, acusó a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, de ser «un líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas, tanto en campos grandes como pequeños, por toda Colombia». El mandatario republicano lanzó este ataque a través de la red social Truth, donde también anunció la suspensión inmediata de todos los pagos y subsidios estadounidenses dirigidos al país sudamericano. Aunque la publicación fue eliminada posteriormente, la Casa Blanca la mantuvo visible en Facebook.
En su mensaje, Trump advirtió que si Petro no actúa para detener la producción de drogas, Estados Unidos lo hará por él, y «no de una forma amable». El líder colombiano respondió en la red social X (antes Twitter), acusando a Trump de estar «engañado por sus asesores» y recomendándole que «lea bien a Colombia» para distinguir entre narcotraficantes y demócratas.
Este enfrentamiento verbal se produce días después de que las fuerzas estadounidenses bombardearan un submarino en el mar Caribe, en el marco de la llamada «guerra contra los cárteles». Mientras Washington afirmó que la embarcación transportaba drogas desde Venezuela, Petro sostuvo que el ataque ocurrió en aguas territoriales colombianas y denunció una violación de la soberanía nacional.
El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó una séptima operación militar sin autorización judicial contra una presunta «narcolancha del ELN», elevando a 33 el número de muertos en estas acciones. Este choque diplomático reaviva un conflicto que incluye la descertificación de Colombia en la lucha antidrogas, la revocación de la visa de Petro y un deterioro general en las relaciones bilaterales, históricamente clave para la seguridad regional.














