El MINSAP reconoce por primera vez en 2025 tres muertes por dengue, rompiendo un prolongado silencio institucional, mientras el chikunguña y otras arbovirosis colapsan el sistema de salud.
Una grave alerta sanitaria se vive en el municipio de Palmira, en la provincia de Cienfuegos, donde se diagnostican entre 250 y 350 casos de síndromes febriles cada semana. Un reportaje de la prensa oficial local reconoció que, según confirmó el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri, circula activamente el virus del chikunguña y que aproximadamente el 90% de la población del municipio se encuentra bajo «ingreso domiciliario», una cifra que evidencia la magnitud del brote. Estas alarmantes estadísticas se conocen en medio de un crítico contexto epidemiológico nacional, con la circulación simultánea de dengue, chikunguña y la fiebre de Oropouche, además de virus estacionales.
La gravedad de la situación se ha visto subrayada por varias muertes. Esta semana, en el municipio villaclareño de Cifuentes, falleció Adelaida Yanes a causa de dengue hemorrágico, según confirmaron fuentes cercanas a su familia. Días antes, se había reportado la muerte de un joven en Cárdenas, Matanzas, por la misma causa, lo que generó alarma e indignación entre la población, acrecentada por el silencio inicial de las autoridades de Salud Pública. Durante semanas, las alertas ciudadanas en redes sociales sobre el aumento de contagios y fallecimientos chocaron con el mutismo y la minimización oficial.
Este hermetismo se rompió parcialmente cuando el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), a través de la viceministra Carilda Peña García, informó ante la prensa oficial el deceso de tres personas a causa del dengue en lo que va de 2025. Este constituye el primer reconocimiento formal del gobierno de muertes por arbovirosis este año. No obstante, la funcionaria no ofreció detalles sobre las edades, sexos, provincias o condiciones clínicas de los fallecidos, manteniendo un velo de opacidad sobre el manejo de una crisis que tiene a hospitales colapsados y a la ciudadanía sumida en la preocupación.














