El líder opositor relata las negociaciones con la Seguridad del Estado y denuncia la confiscación de una propiedad de la UNPACU, prometida para «fines sociales».
El líder opositor cubano José Daniel Ferrer García ofreció una entrevista exclusiva en la que detalló las circunstancias de su salida forzada de la isla, revelando las condiciones que planteó al régimen antes de aceptar el destierro y cómo varias de ellas, incluida la protección de propiedades, fueron incumplidas. Ferrer explicó que a finales de junio, el mayor Julio Fonseca, de la Seguridad del Estado, le propuso facilitar su salida del país. “Le dije que sí, que me iría porque tengo que comenzar un nuevo tipo de lucha, pero para salir de Cuba puse algunas condiciones”, relató el fundador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
Entre las exigencias presentadas, Ferrer mencionó seis puntos clave: no ser sancionado por los supuestos delitos imputados; tramitar su divorcio de su primera esposa; casarse con su actual pareja, Nelva Ismarays Ortega, sin firmar un documento de aceptación de la «legalidad socialista»; la entrega del título de Medicina de su esposa, retenido por razones políticas; que las casas de la UNPACU en Altamira quedaran en manos de activistas de su elección; y la entrega de los pasaportes para su familia. Ferrer aseguró que el régimen se negó a cumplir varios de estos puntos, especialmente el relacionado con las viviendas. “Les dije que no me iría si no respetaban eso. Al final me robaron una casa”, denunció con firmeza.
Las autoridades cubanas argumentaron que las propiedades no estaban registradas a su nombre, sino a nombre de activistas que habían abandonado el país. “Dijeron que legalmente las casas no me pertenecían y que habían sido benévolos al permitirnos usarlas durante cinco años”, contó. Finalmente, dos viviendas quedaron en manos de aliados, pero una tercera fue confiscada. Ferrer reveló que, a pesar de la promesa oficial de que se usaría con «fines sociales», la propiedad fue ocupada por un familiar de un teniente coronel del Ministerio del Interior (MININT). “Ese es el ‘fin social’ que le dieron”, ironizó, destacando la contradicción del régimen.
Respecto a su matrimonio, Ferrer y su pareja se negaron a casarse en las fechas impuestas por el gobierno, como el 13 de agosto, natalicio de Fidel Castro. “Decidí que nos casaríamos como nos diera la gana en Miami”, afirmó. El 13 de octubre, Ferrer y su familia llegaron a Miami, culminando un largo capítulo de persecución política. Aseguró que su salida no es una rendición, sino el inicio de una nueva etapa en su lucha por la democracia en Cuba, manteniendo su compromiso inquebrantable con la libertad de la isla.














