El Comando Sur coordina ejercicios antinarcóticos en medio de crecientes tensiones con el gobierno de Maduro.
Dos bombarderos estratégicos B-52 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobrevolaron el mar Caribe frente a las costas de Venezuela, en el marco de maniobras militares antinarcóticos coordinadas por el Comando Sur (SOUTHCOM), informaron este miércoles fuentes oficiales norteamericanas. Las aeronaves, conocidas por su capacidad de carga y alcance intercontinental, se integraron a los ejercicios conjuntos del Grupo Anfibio de Preparación USS Iwo Jima, junto a helicópteros de combate desplegados en la región como parte de la misión estadounidense para “interrumpir el tráfico ilícito de drogas y proteger el territorio nacional”.

Según un comunicado del Comando Sur, las operaciones se desarrollan en coordinación con el Departamento de Defensa y bajo las prioridades estratégicas del presidente Donald Trump, quien ha ordenado un reforzamiento de las capacidades navales y aéreas en el Caribe. Los registros públicos de seguimiento aéreo muestran que las aeronaves se mantuvieron en todo momento dentro del espacio aéreo internacional, sin ingresar en territorio venezolano. Sin embargo, la ruta de vuelo —visible en plataformas de monitoreo— provocó especulaciones en redes sociales por la aparente figura trazada frente al litoral controlado por el gobierno de Nicolás Maduro.
El despliegue aéreo se produce en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela, apenas 24 horas después de que el presidente Trump anunciara un operativo militar contra una embarcación vinculada al narcotráfico en aguas internacionales cercanas al país sudamericano. Según el mandatario, la acción, autorizada bajo sus prerrogativas ejecutivas, dejó seis personas muertas, identificadas como miembros de una “organización terrorista designada”. Washington ha descrito las operaciones como parte de una estrategia de presión contra el llamado “cartel de Maduro”, una estructura criminal que, según la Casa Blanca, opera bajo protección estatal en Venezuela. En respuesta, el gobierno venezolano calificó las maniobras estadounidenses como una “agresión armada” y anunció el despliegue de un plan de defensa en zonas costeras y fronterizas, movilizando tropas, milicias y reservistas.













