El jardinero Josh Naylor fue captado realizando movimientos de brazos demasiado obvios desde segunda base, generando una acalorada discusión sobre los límites del espionaje de señas en el béisbol.
El robo de señas se convirtió en el centro de la polémica durante el cuarto juego de la Serie Divisional de la Liga Americana entre los Mariners de Seattle y los Tigres de Detroit, cuando el jardinero Josh Naylor fue filmado realizando lo que los comentaristas describieron como señales «evidentes» para revelar los lanzamientos desde segunda base.
El exlanzador estelar Adam Wainwright, quien se encontraba en la cabina de transmisión, no pudo contener su asombro. «¡Qué demonios…! Nunca en mi vida lo había visto tan descarado», declaró Wainwright, instando a los Tigres a cambiar sus señas. Aunque esta práctica no es ilegal cuando se realiza desde segunda base sin ayuda electrónica, la flagrancia de los gestos de Naylor generó un intenso debate sobre la ética y las «reglas no escritas» del juego.
El exreceptor A.J. Pierzynski coincidió en que, aunque es común intentar descifrar señas, los equipos suelen ser más discretos para no delatarse. Mientras tanto, en las redes sociales, el exjugador Trevor Plouffe recordó que en el pasado, una conducta tan evidente habría resultado en un lanzamiento dirigido intencionalmente contra el bateador. Aunque Naylor anotó una carrera en esa entrada, los Mariners terminaron siendo aplastados 9-3, forzando un quinto y decisivo juego en Seattle.














