Tras una jornada de limpieza masiva con movilización estatal, el mandatario reconoció que la población se pregunta cómo se mantendrán los resultados, apelando a la «sistematización» y el esfuerzo colectivo.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, admitió este domingo que la recogida de basura en La Habana carece de un plan sostenible que garantice una solución duradera al colapso sanitario que afecta desde hace años a la capital y a otras ciudades del país. Las declaraciones se produjeron durante una intervención pública en la que, junto al primer ministro Manuel Marrero, se sumó simbólicamente a las labores de limpieza en zonas aledañas al Palacio de la Revolución.
“Hicimos un esfuerzo este fin de semana, pero no vamos a resolverlo todo. Habrá que seguir. Ya la gente vio una reacción. Ahora lo que todos se preguntan es cómo se va a sostener. Bueno, lo vamos a sostener si todos trabajamos. Todos los días hay que sistematizar y, cada cierto tiempo, hay que hacer un ejercicio como este”, afirmó el mandatario, en un reconocimiento tácito de la naturaleza temporal y reactiva de las acciones emprendidas.
Durante el fin de semana, el gobierno movilizó a trabajadores estatales, reclutas y agentes de la policía en un operativo de limpieza masiva, buscando contener la crítica acumulación de desechos que se ha convertido en un paisaje habitual en esquinas, solares y portales de la ciudad. No obstante, el propio Díaz-Canel reconoció limitaciones en la convocatoria: “Se ha movilizado una gran parte, pero algunos no han acudido y creen que otros son los que tienen que resolver el problema”.
Lejos de anunciar medidas estructurales o inversiones en equipamiento y logística, el gobernante apeló a la iniciativa popular como mecanismo de sostenibilidad. “Creo que la gente, movida por el ejemplo de La Habana, hará lo suyo también en cada territorio”, expresó, trasladando parcialmente la responsabilidad de la solución a la ciudadanía.
La situación higiénico-sanitaria en La Habana es calificada por expertos y residentes como un problema crónico, agravado por la escasez de combustible, la obsolescencia de la flota de camiones recolectores y un sistema de manejo de residuos ineficiente. En septiembre, el propio ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), Armando Rodríguez Batista, había alertado sobre la magnitud del colapso, describiendo en Facebook cómo la basura “regada por toda La Habana” constituye un desafío “sanitario, ambiental, social y espiritual”.
A pesar del operativo mediático de este fin de semana, los habaneros siguen enfrentándose a montañas de desechos que, cuando llegan las lluvias, inundan calles y penetran en viviendas, centros de salud y escuelas. La falta de una estrategia integral y con recursos asignados hace prever que, una vez pasada la movilización excepcional, la basura volverá a acumularse, dejando en evidencia la profundidad de una crisis que trasciende lo ambiental para convertirse en un síntoma del deterioro generalizado de los servicios públicos en la isla.














