José Manuel Allende, un hombre de origen cubano que llegó a Estados Unidos a los dos años de edad a través del programa «Vuelos de la Libertad» en 1967, fue detenido la semana pasada por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el condado de Brevard, Florida, y ahora enfrenta un proceso de deportación tras casi seis décadas de residir legalmente en el país.

Según relató su hija, Sheena Allende-Smith, el arresto se produjo el viernes pasado cuando agentes de ICE y del Departamento de Seguridad Nacional se presentaron en su vivienda. «Mi papá se hizo un café, salió al frente de la casa y fue recibido por ICE, seguridad nacional», declaró a la televisora WESH.
Contexto migratorio complejo
Allende, quien actualmente es propietario de una pequeña empresa, cuenta con licencia de conducir, número de Seguro Social y ha establecido una vida familiar en Estados Unidos, donde ha criado a dos hijos -uno de ellos menor de edad y otro con discapacidad. Sin embargo, aunque llegó legalmente al país durante la operación de los Vuelos de la Libertad (1965-1973), nunca completó el proceso para obtener la ciudadanía estadounidense.
La situación se complica por antecedentes penales que datan de hace más de veinte años. En 2016, Allende recibió una orden de deportación, aunque los tribunales determinaron en su momento que no podía ser expulsado del país mientras permaneciera bajo el programa Cuban Family Reunification Parole, en el que ha estado inscrito durante los últimos nueve años.
Preocupación familiar y comunitaria
«Él no es ilegal. Es como cualquiera de nosotros, un ciudadano más», afirmó su hija, quien cuestiona la decisión de las autoridades: «Ellos vinieron legalmente; el gobierno los invitó a entrar y ahora les dice que se vayan. ¿Por qué tiene que irse después de 58 años?».
El caso de Allende se enmarca dentro de una operación de control migratorio en obras de construcción en el condado de Brevard que resultó en aproximadamente 150 arrestos. Su situación ha generado preocupación entre comunidades de origen cubano en Florida, donde recientemente se han reportado otros casos similares de residentes de larga data que enfrentan procesos de deportación.
Mientras la familia busca alternativas legales para evitar la deportación, el caso pone de manifiesto las complejidades del sistema migratorio estadounidense y las consecuencias humanas de políticas que afectan a personas que han construido sus vidas durante décadas en Estados Unidos.














